Llegó Batakis al Ministerio de Economía y el federalismo festeja

La secretaria de Provincias del Ministerio del Interior se convirtió en la segunda ministra de Economía de la historia del país.

La gobernadora de Santa Cruz celebró su designación con fuerte impronta kirchnerista y federal.

Por Sara Delgado

La futura ministra de Economía, Silvina Batakis, la segunda mujer en ocupar ese cargo en la historia Argentina (la primera fue Felisa Miceli en 2005/2007), trajo cierto grado de alivio en la provincia gobernada por Alicia Kirchner, quien a través de sus redes posteó: “Mi felicitación por su nuevo rol a Silvina Batakis. Le deseo lo mejor ya que sé de su responsabilidad y compromiso para trabajar por nuestro país”.

A la exministra de Economía durante la gobernación de Daniel Scioli y todavía secretaria de las Provincias del Ministerio del Interior, que conduce Eduardo “Wado” de Pedro, le reconocen capacidad de gestión y fuerte acompañamiento a Santa Cruz.

Recientemente participó de la reunión de Comisión Federal de Impuestos que tuvo lugar en la provincia de Salta, donde estuvo el ministro de Economía, Ignacio Perincioli, para discutir la situación en torno a la coparticipación, un tema caliente en el marco de la disputa entre la Nación y CABA vía la Corte.

Su participación tiene como antecedente haber sido quien discutió con los gobernadores y gobernadoras el nuevo consenso fiscal que vino a reparar en cierta medida a aquella reedición del pacto macrista, que terminó siendo una trampa que empujó a los distritos al endeudamiento en dólares.

Un nuevo punto de partida para el Frente de Todos, un lanzamiento del gobierno por tramos.

Además, la llegada de Batakis, que vivió parte de su infancia en Río Gallegos, hacia donde se mudó por una oportunidad laboral de su papá, tiene peso político para el kirchnerismo: por un lado porque su asunción surge con la bendición de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y por el otro, porque no es casual que en un contexto en el que las provincias avanzan con el diseño de un proyecto federal en lo concreto, sea Batakis -responsable de una cartera con estrecho vínculo con los distritos- quien ahora acompañe en la reorganización económica que la hora exige.

“Construimos un país desde las provincias hacia la nación”, fue una frase suya reciente que marca una mirada ampliada, pero también más cercana al verdadero capital político que tiene el Frente de Todos y que se suma a otra que permanentemente sostiene la propia Kirchner: “Lo que no puede estar en discusión es que necesitamos un Estado presente que regule, que controle, que fiscalice y que sea el vehículo para la producción, el consumo y para aumentar el bienestar de toda nuestra población”.

Batakis fue también una de las intermediarias para destrabar el proyecto de la Zona Franca Comercial de la capital provincial y tuvo injerencia en el proyecto de reconstrucción del muelle en la localidad de Puerto Deseado, enmarcado en el Programa de Fortalecimiento de la Gestión Provincial BID que impulsa el Ministerio del Interior de la Nación.

Vértigo

El sábado, mientras la vicepresidenta hablaba en el acto por la conmemoración del 48º aniversario de la muerte de Juan Domingo Perón y pedía “arrimar el bochín” al legado del líder del Movimiento Justicialista, Martín Guzmán hizo pública su renuncia vía Twitter y en paralelo se lo comunicó al presidente.

“Desde la experiencia que he vivido, considero que será primordial que trabaje en un acuerdo político dentro de la coalición gobernante para que quien me reemplace, que tendrá por delante esta alta responsabilidad, cuente con el manejo centralizado de los instrumentos de política macroeconómica necesarios para consolidar los avances descriptos y hacer frente a los desafíos por delante”, subrayó en un texto de siete carillas.

 “Eso ayudará a que quien me suceda pueda llevar adelante las gestiones conducentes al progreso económico y social con el apoyo político que es necesario para que aquellas sean efectivas”, escribió.

El nombre de la reemplazante de Guzmán se dio en la víspera de que se cumpliera un mes desde la salida de Matías Kulfas de Desarrollo Productivo, empujado por una polémica filtración de su ministerio respecto a la licitación del gasoducto Néstor Kirchner, sobre el cual había hablado al noche anterior la vicepresidenta durante el acto por los cien años de YPF.

Tanto Kulfas como Guzmán fueron foco de las críticas de Cristina por los off the record que luego aparecían en letra de molde.

Sin embargo, a diferencia de cuando Kulfas se fue eyectado del cargo y a las pocas horas ya estaba definido que su reemplazante iba a ser Daniel Scioli, esta vez el calor de la contienda entre Cristina y Alberto era todavía más intenso y el desembarco de una figura en la cartera económica, corazón de las tensiones entre ambos, no podía darse sin consenso, uno que por momentos ayer parecía imposible.

Fue la propia Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, quien en horas de la tarde noche, cuando la espera por conocer alguna definición sobre el futuro del país no aparecía y los videographs circulaban con alertas en los canales de televisión, confesó que había llamado al presidente para pedirle que resolviera esta situación junto a Cristina.

La respuesta, en palabras de la referente de Derechos Humanos, fue que él se excusó diciendo que había llamado y no le habían contestado. “Querido, la Patria está en juego, llamá 500 veces, pero hablá con ella y resuelvan esto”, le habría contestado Estela.

Cuando parecía que no habría una definición antes de cerrar la jornada, la portavoz de la Casa Rosada, Gabriela Cerruti, publicó en Twitter que el presidente “designó” a Silvina Batakis al frente de Economía.

Si acaso estas horas frenéticas de un fin de semana que será recordado como un punto de inflexión para el Frente de Todos dejó mensajes, probablemente uno de ellos sea que el hecho del malestar que le provocó a Guzmán la incorporación del exembajador de Brasil en lugar de Kulfas no sólo no contara en absoluto, sino que alguien de su extrema confianza lo reemplazara por pedido de la vicepresidenta.

El domingo cerró entonces con un nuevo punto de partida para la coalición de Gobierno, con un presidente desairado por el que se creía era su ministro más fiel. Así, el relanzamiento de la gestión obligado tras la derrota electoral de las legislativas del año pasado parece haberse dado en etapas, ahora sí inaugurando un nuevo capítulo en el meollo del asunto: la economía de los ciudadanos y ciudadanas de a pie.

 “Tuvimos una coincidencia (con Melconian), que el problema principal que tiene la Argentina y que causa el fenómeno inflacionario es la economía bimonetaria. Pero él piensa más parecido a Guzmán con el déficit fiscal, opiniones son opiniones”, dijo Cristina este sábado, sin saber -eso se cree- que estaba renunciando el ministro de Alberto.

Pero lo interesante no está en las críticas, que en su caso nunca fueron opacas, sino en lo que pidió y que ahora tiene chance de suceder de la mano de una mujer con su forma de ver el Estado, que no es ni más ni menos que aceitar la puja distributiva y un salario universal

La Opinión Austral