Humberto Mingorance, secretario de Ambiente y Ordenamiento Territorial, hizo un balance de la audiencia pública realizada en Malargüe por el proyecto minero que se encuentra en la cuenca del Atuel. Afirmó que no se usarán químicos y que el agua que se necesita es mínima.
En el marco de la Ley 9.003, artículo 168 bis, la Secretaría de Ambiente y Ordenamiento Territorial convocó a una audiencia pública para poner en conocimiento a la ciudadanía sobre el proyecto de exploración minera Hierro Indio. El encuentro se desarrolló en el departamento de Malargüe y participaron funcionarios provinciales, municipales, legisladores, cámaras empresarias e instituciones académicas y ciudadanos en general.
"Se hizo una audiencia pública que no está exigida por ley pero con una decisión política del Gobernador y mía quisimos llevarla adelante por tratarse de una actividad minera, que en Mendoza es un tema sensible, y nos interesa recibir la opiniones de cada sector. Subimos absolutamente todo el material a la página web, el estudio está a disposición de las personas; resalto el respeto, porque obviamente hay sectores con posturas encontradas. En este caso, las opiniones positivas fueron mayoritarias".
Destacó que el ejercicio de hacer audiencias en todos los procesos que han ido existiendo ha permitido la participación y que no existan tensiones en las audiencias como en otros tiempos.
Consultado sobre el uso del agua en una etapa de explotación, respondió que "esto es exploración, si arroja datos interesantes sobre el potencial de la cantera, seguramente va a venir una fase de explotación, el proyecto es superinteresante en términos ambientales porque en esa cantera es tan alto el porcentaje de metal puro de la roca, que supera el 60% de hierro, que solo moliendo la roca y pasándola por un imán se va pegando la que tiene más hierro y la separación no se hace con químicos ni con agua, sino con magnetismo".
Aseveró que el agua solo se usa "cuando se hace una perforación, y probablemente se use más agua para las duchas de los mineros que para la propia explotación".
Según Mingorance, un campo de 20 hectáreas de vid "requiere más agua que una actividad minera" y aseguró que en el cultivo se emplean agroquímicos que mal usados son contaminantes; "no es una actividad que haya que demonizar sino que hay que establecerle los controles como cualquier otra actividad, el uso del agua va a ser mínimo. Para la explotación vendrá otra evaluación de impacto ambiental que será tratada en una audiencia pública".
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