La digitalización de los procesos en la gran minería se aplica generalmente a las fases de extracción, procesamiento y mantenimiento del negocio. Pero la migración a entornos digitales tiene muchas otras aplicaciones que con menores inversiones tienen un impacto enorme en el negocio. Por ejemplo, la combinación de blockchain y big data asegurando la licencia social para operar.
José R. Rosas
Licencia social para operar
Uno de los pilares del negocio en la gran minería es el consenso público sobre la legitimidad de las operaciones que afectan los recursos naturales.
El "contrato social" alrededor de la operación minera compensa la extracción de recursos no renovables con las ventajas de desarrollo social perdurable que aportan los proyectos mineros a la comunidad (fuentes trabajo, impuestos, desarrollo de proveedores, mejoras en el acceso a educación, salud, seguridad y justicia).
Cuando la comunidad legitima las operaciones mineras el contrato social es "win-win", los accionistas pueden contar con orgullo a sus hijos que apoyan la minería en alguna región del mundo y todo funciona bajo la lógica de "minería sustentable" o "minería limpia".
Pero la licencia social para operar incluye múltiples variables que evolucionan de manera independiente y es muy difícil para las compañías mineras tener ojos y oídos confiables en toda la cadena de los procesos mineros.
Trabajadores de una contratista dejaron deudas impagas en un almacén de un pueblo alejado de la faena. Técnicos eléctricos entraron sin permiso a un campo privado para reparar cables. Una contratista es denunciada públicamente por falta de pago de aportes jubilatorios. Alguien de la minera pasa corriendo por calles de tierra dejando una nube de polvo muy lejos de la faena.
Y hay más. Un colaborador desleal arroja residuos en zonas no habilitadas. Un transportista de personal genera un accidente en cadena en la ruta provocando daños a varios vehículos. El agua potable de la zona cercana a la faena sale turbia por error de la empresa privada de distribución. Un accionista extranjero recibe un anónimo que acusa a un ejecutivo de la minera en la que invierte por depredación de recursos naturales y ataque a los derechos humanos.
La mayoría de las veces la Gerencia General no alcanza a enterarse de este tipo de problemas producidos por error, negligencia o intención de daño (que en algunos casos se silencian en los niveles medios), detectando los daños solo por sus efectos públicos cuando ya no se puede hacer nada para evitarlos o controlarlos.
Blockchain y big data
El problema consiste en acceder a mucha información de diferentes fuentes, de un modo confiable a prueba de errores, ocultaciones, filtraciones o hackeos, de manera constante y con capacidad de anticipar (predecir) conflictos, pero a la vez con costos operativos muy bajos y un control exclusivo de la gerencia general y/o de los accionistas mayoritarios.
Una de las soluciones disponibles es el blockchain, que básicamente y para decirlo en fácil asegura que los datos sean incorruptibles.
De este modo, la información obtenida es 100% confiable y su procesamiento es extraordinariamente más económico (dinero y tiempo) que los sistemas convencionales conocidos hasta el 2019.
El otro problema es cuánta información se debe obtener de manera constante y de muy diferentes fuentes. Pues mucha. Tanta que los sistemas convencionales son incapaces de procesar de un modo económicamente viable.
Aquí entra en escena el big data o data science, que permite extraer información de encuestas web y telefónicas, rastreos en Facebook, Twitter, WhatsApp, medios de prensa, discursos, informes, reportes internos de daños o desvíos, licencias médicas y cualquier medio imaginable o significativo para los datos que se buscan.
Si el blockchain asegura la información el big data permite analizarla, extraer conclusiones y predecir riesgos.
Esa cantidad de información facilita trazar tendencias y predecir riesgos o comportamientos futuros con un grado de aproximación impresionante, del mismo modo que por los comentarios de un individuo en las redes sociales es relativamente fácil predecir cuál candidato elegirá en las próximas elecciones.
De este modo, combinando blockchain y big data es posible, rápido y barato instalar una red de "sensores" que cubra todos los campos de influencia del proyecto minero para detectar información segura que permita predecir futuros riesgos de deterioro de la licencia social.
Todos los que están en la minería saben que un problema atajado a tiempo es una oportunidad de crear las condiciones para evitar que estalle pero, más importante todavía, para certificar que no se repetirá.
Por otra parte la experiencia indica que entre lo que sucede realmente en la faena y lo que logran conocer en el Directorio existe muchas veces una brecha importante que puede complicar la toma de decisiones o impedir resultados que parecían incuestionables.
De este modo un elemento tan sensible del negocio minero como la licencia social para operar puede ser monitoreado constantemente para producir indicios seguros de potenciales dificultades antes que sus mismos protagonistas se enteren.
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