Nuestros profesionales son recursos no renovables: Las mineras deben invertir en la formación continua, Por Silvana Culjak

Los profesionales también son recursos no renovables; cada uno es único y debe promoverse para que alcance su máximo potencial.

Así como los recursos naturales no renovables, que son finitos y deben ser gestionados con cuidado, el capital humano necesita una atención especial. Es muy importante conocer cómo se pueden promover nuevos perfiles locales orientados a las demandas futuras, colaborando en los puntos que hoy generan deserción educativa y creando ambientes de trabajo motivadores para las generaciones venideras.

El desarrollo de talentos es clave en este proceso. Las empresas y organizaciones deben invertir en la formación continua y el aprendizaje a lo largo de la vida, ofreciendo programas de capacitación que se adapten a las necesidades cambiantes del mercado.

El biólogo chileno Humberto Maturana refiere que en el aprender, ocurre una transformación estructural coherente con las circunstancias que se viven. Este aprendizaje no es solo acumulación de información, sino un proceso que se manifiesta en cambios en la conducta y en la corporalidad de los individuos. Así, no hay que olvidar que los seres vivos existimos en la continua transformación de nuestra anatomía y fisiología a medida que crecemos, envejecemos y nos adaptamos al entorno. Estos cambios estructurales, a su vez, influyen en las formas en que se vive y se convive, formando un ciclo dinámico de aprendizaje y adaptación.

En este contexto, la formación de profesionales multidisciplinarios es fundamental.

Dicho enfoque permite que los trabajadores adquieran una variedad de habilidades y conocimientos que son necesarios para enfrentar los retos complejos del sector.

La capacitación transversal en áreas como la sostenibilidad, la tecnología y la gestión de proyectos asegura que el personal esté preparado para afrontar los desafíos actuales y futuros.

La era digital en la que se vive transforma la manera en que se trabaja y se aprende. Este cambio es exponencial, y es crucial adaptarse a las nuevas demandas que el mundo requiere. Al igual que con los recursos naturales no renovables, donde la explotación desmedida puede llevar a su agotamiento, si no se valoran y se comparten adecuadamente las habilidades y conocimientos de los profesionales, se corre el riesgo de perder esos talentos, afectando la productividad y la innovación.

La industria minera argentina ha recorrido un camino lleno de vaivenes que ha  llevado al punto actual, gracias al esfuerzo de muchos referentes. Estos líderes han permitido que se abran puertas donde antes no existían, lo que resalta la importancia de valorar y desarrollar el capital humano. Al ser conscientes de las acciones, se evita desandar esos caminos y se sigue generando nuevas opciones para las futuras generaciones.

Un ambiente natural saludable contribuye al bienestar de las personas, y un capital humano fuerte puede impulsar la sostenibilidad y el uso responsable de los recursos naturales. La interconexión entre ambos tipos de recursos subraya la necesidad de un enfoque equilibrado en su gestión. Al promover el desarrollo de talentos y habilidades, se fortalece no solo el capital humano, sino también la capacidad de enfrentar los retos del futuro.

La inversión en el desarrollo de profesionales y el cuidado de los recursos naturales no renovables es fundamental para garantizar un futuro sostenible y próspero. Se debe actuar con responsabilidad para cultivar el potencial de cada individuo y, al mismo tiempo, proteger el medio ambiente, creando así un legado positivo para las próximas generaciones. Fomentar el desarrollo de talentos es un paso esencial para lograr este objetivo, asegurando que cada persona pueda contribuir al progreso de la sociedad a través de la Industria Minera Argentina.

Por Silvana Culjak

Lic. en Relaciones Laborales - Responsable de RRHH de Glencore Pachon

Prensa GeoMinera