San Juan: Por el boom minero, hay más personas que buscan cobre y oro en sus terrenos
- 27 de abril, 2025
En Ingeniería reciben más muestras de particulares, ilusionados con encontrar riquezas.
Por Carolina Putelli
San Juan tiene la mayor cantidad de yacimientos de clase mundial de cobre y la mina de oro más grande del país. En los últimos años, y sobre todo en los últimos meses, las noticias de avance de proyectos metalíferos han marcado la agenda local. Esto generó expectativa en los sanjuaninos, que esperan el movimiento económico que genera esta industria. A la vez, hubo un incremento en los “buscadores de minas”, que tienen terrenos en los departamentos cordilleranos y la ilusión de que bajo la superficie haya otro Josemaría, Los Azules o Veladero. Esto se notó en el laboratorio minero de la Facultad de Ingeniería, donde desde febrero han analizado unas 30 muestras, tomadas de forma manual, de personas que esperan encontrar, literalmente, una mina de oro en el patio de sus casas.
El lugar a donde asisten los interesados es el Instituto de Investigaciones Mineras de la Facultad de Ingeniería. Quien está a cargo de este sector es Marcelo Bellini, doctor en Minería, docente y uno de los especialistas más reconocidos de la provincia en esta área. El profesional explicó que desde hace un tiempo se notó un incremento en los casos esporádicos de personas que piden hacer análisis químicos de muestras que ellos mismos tomaron en sus terrenos. “Son personas que tienen una propiedad y piden eso para ver si existe un yacimiento que los pueda salvar económicamente”, explicó.
La función principal del laboratorio es para investigaciones académicas, por lo que los usuarios en general son estudiantes de grado y posgrado que lo necesiten. Es también un espacio educativo, donde los futuros ingenieros se profesionalizan. Pero, además, el instituto ofrece generalmente el servicio de estudios químicos por perdido de terceros, es un trabajo por el que cobran. Parte de los pedidos que llegan, explicó Bellini, pueden ser de empresas que quieren comparar sus propios resultados con los que obtengan en el laboratorio universitario. A esto se sumaron los de particulares. A partir de febrero de este año empezaron a ofrecer esta tarea externa y desde esa fecha contaron la actual treintena de testeos.
“Sobre todo es gente de la parte norte o cordillerana, de Iglesia, Jáchal y Calingasta, que es donde están la mayoría de los yacimientos y minas en producción”, contó. Esta vecindad sería en parte lo que genera ilusión de parte de quienes llevan las muestras. “Suelen traer un par de bolsas con muestras de rocas y nos dicen ‘fíjese si tiene oro, si tiene cobre”, también consultan por litio y otro tipo de minerales”, explicó el ingeniero.
El instituto entrega los resultados, que pueden indicar o no la presencia de estos minerales y también detallan si el solicitante lo pidió, la concentración. Esto no quiere decir, explicó Bellini, que si hay alguno de estos metales haya una mina para posible producción. Tampoco se encargan de continuar la trayectoria posterior de esas muestras, ya que solo cumplen con lo pedido y entregan un informe.
Lo cierto es que la presencia de metales no es un indicador de éxito. Los procesos de prospección y exploración minera toman años, más de los metales preciosos y millones de dólares de inversión. La Cordillera de los Andes puede tener oro y plata en muchos lugares, pero para que haya un verdadero interés empresarial se deben dar condiciones particulares, en especial, que tengan la cantidad suficiente para que se justifiquen las enormes inversiones que implica construir una mina nueva.
> Cómo es la búsqueda
En la industria minera, la búsqueda inicia con la prospección, que implica estudios geofísicos y geoquímicos y hasta tecnología satelital. Luego la exploración, en general con perforaciones de cientos de metros de profundidad
Diario de Cuyo