y? ¿Quién hará las obras de infraestructura?: LA PIEDRA, materia prima esencial para el progreso argentino, Por Aldo Bonalumi

Históricamente la piedra fue, es y será la base del progreso

Sin lugar a dudas, hoy la industria de la construcción en lo que hace a obras de infraestructura, específicamente, vías de comunicación terrestre, está ralentizada a un mínimo prolongado que deberíamos retroceder muchos años para encontrar algo similar.

Ante todo, es necesario aclarar algo muy importante, cual es observar con detención el deterioro sostenido de las principales rutas que sostienen el desarrollo del país. Esto se da, porque no hay mantenimiento. Cuando no hay mantenimiento, el coeficiente de deterioro de un bien inmueble, es superior al del mejoramiento y la estructura tiende al colapso. Es lo mismo que el déficit fiscal, si gastamos más infraestructura de la que producimos, la ecuación es negativa. Este razonamiento teórico, lleva a la reflexión, que hoy Argentina está utilizando obras de infraestructuras que estaban construidas, se puede seguir utilizándolas, pero esto es por muy poco tiempo, todo lo que se usa envejece y deja de cumplir su función en un 100%.

No se pretende hacer absolutamente ninguna crítica, todo lo contrario, se desea poner de manifiesto, que, si no se genera una política para el crecimiento de la infraestructura que permita la que la comunicación terrestre tiende a un flujo óptimo, será más que complicado aplicar todas las desregulaciones, el tan promocionado RIGI, y toda la intención productiva que se está impulsando. Ninguna inversión es posible sin vías de comunicación, que hagan que lo que se transporta, llegue en tiempo y forma. Vaca Muerta es la actividad que más insumos transportados por vía terrestre medidos en toneladas, necesita en el país. No se podría extraer un barril de petróleo o un m3 de gas, si no se transportara los millones de toneladas de arenas de sostén para el tratamiento de los pozos en profundidad, casi todo viene en camión y cada vez se hace más lento, porque las rutas van exigiendo aceleradamente mantenimiento. Estamos a las puertas de comenzar con la mega industria extractiva del cobre en Argentina, aquí la pregunta es: ¿todos saben la inmensa cantidad de toneladas de materia mineral que exige transportar esta actividad? Aún más elocuente es analizar la zona núcleo productiva (Santa Fe, Córdoba, Buenos Aires) y sus respectivas rutas que convergen en los puertos del Paraná/Río de La Plata/Océano Atlántico. Cada cosecha produce un aumento del transporte de cereales que exige mantenimiento permanente e ir transformando rutas de 7.50 m en verdaderas autovías.

Queda claro, que la necesidad política de mejorar la infraestructura para el crecimiento no tiene discusión, ahora bien, lo importante aquí, no es discutir quien hace las obras, no es el propósito tener esto como norte. Si, el NORTE, es que no importa quien haga las obras, si es el Estado Nacional, Provincial, Municipal o la Inversión Privada, lo INDISPENSABLE, es que las obras se concreten, las vías terrestres de comunicación se mantengan y que todo facilite, a que la gran inversión que permitirá, vía RIGI, ya sea en materia minera, energética, industrial alimenticia, agropecuaria, etc, tenga la posibilidad de ser transportada just in time. Pero que también impacte en la seguridad vial y en la disminución de accidentes viales.

Una alarma amarilla se enciende porque la velocidad y seguridad del transporte disminuye, pero una más brillante, grande y roja está activada y es ensordecedora, pues indica fehacientemente que las grandes obras de infraestructura ya no demandan más piedra, si piedra, la materia prima más elemental y la que a través de la historia se utilizó para que el ser humano tenga una mejor calidad de vida y la nación a que pertenece progrese. Hoy en Argentina, el 8° país en extensión del planeta, casi no hay demanda de materiales pétreos. Algo debe hacer que este tema se trate, solo basta traer a la memoria que, en Argentina, en el III Congreso Internacional de Áridos, Córdoba 2017, se dieron a conocer,  que la producción anual argentina fue de 230 millones de toneladas anuales de piedra, sin embargo, en el recientemente finalizado Congreso de Áridos Córdoba 2024, los guarismos estadísticos acusan que, en 2023, Argentina cayó a 140 millones de toneladas y se prevé para 2024, escasas 80 millones de toneladas, número crítico para reflexionar al respecto. Tener muy en cuenta, que después del AGUA, lo que más consume el ser humano es PIEDRA. Solo basta citar que un Km de autopista consume 30.000 Tns de sustancias minerales = a 1000 camiones por km de obra. 

Aquí se insiste, que no es importante quien deba hacer una gran obra de infraestructura, y si la misma será pública, privada, mixta, corporativa o vecinal, esta no es la discusión. La construcción de nuevas vías de comunicación, y la reparación de las actuales, sean carreteras o vías férreas, que hoy demanda la nación las haga quien la mejor política lo indique, a lo que, si se apunta, es que un país que paraliza el consumo de piedra, implícitamente se está paralizando a sí mismo. Las rutas, avenidas, calles y autopistas, algunos acertadamente las llaman “arterias”, pues eso son, por allí corre el progreso, “la sangre” de una Nación y están construidas según el caso, entre un 95% a un 100% con materia prima mineral. Cabe mencionar que la UE y EEUU, entre tantos indicadores de progreso, utilizan el consumo de áridos y agregados pétreos, con la que se hacen los caminos, vías férreas, hospitales, escuelas, viviendas y se produce el hormigón (elemento más usado por el hombre desde que Roma lo impuso, hasta el presente).

Tener muy en cuenta, que hoy estamos utilizando obras que no se están conservando a un ritmo óptimo, estamos viviendo de una infraestructura ya realizada, esta “ecuación”, termina siendo muy perjudicial, deberemos hacerlas luego todas juntas y el tiempo pasará la factura, como siempre. No importa quien construya, lo que importa es que se construya, pues también lo dice la historia: “Los atrasos se pagan caros”.

Dr. Aldo A. Bonalumi – Profesor Emérito UNC- abonalumi@unc.edu.ar

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