BHP impulsa su estrategia de cobre en Argentina y EE. UU. mientras evita hablar de adquisiciones
- 16 de septiembre, 2025
En un momento clave para la industria minera global

BHP, la mayor minera del mundo, eligió mostrar fortaleza en su portafolio de cobre y confianza en el entorno de inversión de Estados Unidos, mientras evitó pronunciarse sobre futuras adquisiciones. Durante una sesión informativa con accionistas celebrada este lunes, el director ejecutivo Mike Henry y la directora financiera Vandita Pant enfocaron sus intervenciones en los activos clave de la compañía, particularmente en Argentina, y en los desafíos que enfrenta su proyecto de potasa en Canadá.
El evento marcó la primera oportunidad formal para que los altos ejecutivos se dirigieran a los inversionistas tras el anuncio de la fusión entre Anglo American y Teck Resources, una operación de 53 mil millones de dólares que sacudió al sector y generó expectativas sobre una nueva ola de consolidaciones.
Sin embargo, BHP optó por guardar silencio frente a una de las preguntas más esperadas: ¿volverá a intentar una gran adquisición, como la oferta fallida que hizo el año pasado por Anglo American?
Henry prefirió concentrarse en lo que sí tiene en la mesa. Y no es poco. “La historia de crecimiento del cobre para BHP es una de las grandes historias”, afirmó. “Hemos avanzado muchísimo… Ahora contamos con cuatro grandes cuencas de crecimiento de cobre, además del 28 % de crecimiento en cobre que hemos visto en los últimos años”.
Estas cuatro regiones estratégicas incluyen Escondida, en Chile —la mina de cobre más grande del mundo—, las operaciones en Australia del Sur, la asociación Resolution en EE. UU. con Rio Tinto, y el proyecto Vicuña, una sociedad 50-50 con Lundin Mining en Argentina.
Este último es particularmente relevante, no solo por su potencial geológico, sino también porque pone a BHP en el corazón de una región cada vez más codiciada por los actores globales. El distrito Vicuña, que se extiende en la cordillera entre San Juan y La Rioja, ha sido objeto de múltiples exploraciones. NGEX Minerals, otra empresa activa en la zona, fue mencionada en la sesión de preguntas, pero Henry esquivó cualquier comentario sobre una posible compra.
NGEX, que cotiza en Toronto, tampoco respondió de inmediato a las consultas de la prensa. No obstante, la sola mención de su nombre en el contexto de BHP sugiere que los inversionistas están atentos a posibles movimientos.
Es difícil ignorar el elefante en la sala. La unión entre Anglo American y Teck Resources representa un parteaguas que podría redefinir el mapa del cobre global, particularmente cuando este metal ha sido identificado como esencial en la transición energética. Por eso, el hecho de que BHP mantenga el silencio sobre su interés en nuevas fusiones no deja de ser revelador.
Hace apenas un año, la compañía australiana retiró una oferta de 49 mil millones de dólares para adquirir Anglo, lo que habría reforzado su presencia en cobre de manera inmediata. Pero ahora, según fuentes cercanas a la empresa, la prioridad está en el crecimiento orgánico de sus activos existentes.
Esta postura se inscribe también en una coyuntura de renovación de liderazgo y ajustes estratégicos internos. La gestión de Henry ha buscado concentrarse en lo que califica como “activos futuros” —cobre, potasa, níquel— dejando de lado rubros que ya no considera esenciales para el futuro de la compañía.
En ese sentido, el proyecto Jansen, en la provincia canadiense de Saskatchewan, representa una apuesta relevante. Pero no todo es optimismo: el propio Henry reconoció que el rendimiento interno esperado de esta inversión se verá afectado. En julio, BHP anunció un aumento de capital estimado para el proyecto y una postergación de su fecha de inicio de producción.
“Claro que eso afecta nuestras tasas de retorno”, admitió el ejecutivo, en un gesto poco habitual de transparencia que no pasó desapercibido. La honestidad, sin embargo, fue acompañada de una reafirmación del compromiso con el proyecto, clave para la estrategia de diversificación de la minera.
Donde sí hubo entusiasmo fue al hablar del entorno inversor en Estados Unidos. Henry subrayó que, actualmente, los costos energéticos en ese país son la mitad de los registrados en Australia, lo cual lo convierte en un destino particularmente atractivo para nuevas inversiones mineras. Esta comparación llega justo cuando el gobierno australiano revisa sus políticas de productividad, situación que podría llevar a un rediseño del marco regulatorio local.
Estados Unidos ha estado mostrando señales claras de querer atraer más inversión minera, en línea con su necesidad de asegurar cadenas de suministro críticas para la transición energética. BHP parece dispuesta a responder a ese llamado, aunque sin comprometerse abiertamente con adquisiciones nuevas.
La estrategia de la empresa se sostiene en reforzar activos ya conocidos, aumentar producción en zonas donde ya opera y buscar eficiencia en contextos donde los costos son competitivos. En esa fórmula, Argentina y Estados Unidos se posicionan como piezas clave, especialmente si se considera la presión global por asegurar el suministro de cobre, un mineral que se vuelve cada vez más indispensable para redes eléctricas, autos eléctricos, turbinas eólicas y más.
Aunque algunos inversionistas esperaban anuncios más audaces, lo cierto es que BHP está jugando una partida con piezas que conoce bien. No hay promesas vacías, pero sí señales claras de hacia dónde se dirige la brújula de su estrategia. El mensaje es contundente: crecimiento, sí, pero con control.
En un sector acostumbrado a los ciclos de euforia y contracción, esta actitud prudente —aunque decepcionante para quienes esperan movimientos espectaculares— puede traducirse en solidez a mediano plazo. La gran minera no necesita correr, porque ya está bien posicionada.
En el caso argentino, los activos en San Juan ofrecen una ventaja adicional: la posibilidad de desarrollar minería a gran escala en una provincia con un historial favorable para el sector. Si se consolidan los proyectos en el distrito Vicuña, el país podría convertirse en un proveedor estratégico de cobre para los próximos 30 años.
Lo que queda claro es que, pese al silencio sobre fusiones, BHP tiene claro que el cobre es su carta ganadora.
Mineriaenlinea.com