Martín Isasmendi, secretario general de AOMA Barker, llamó a "mantener firme la lucha" en el marco del conflicto que mantienen los trabajadores de la vecina localidad con los socios de la firma Loma Negra, que tendrían planeado cerrar la planta dejando a las familias en la calle y un pueblo casi fantasma.
El dirigente viene manteniendo audiencias en Buenos Aires y en el Día del Trabajador convocó a seguir con el reclamo "pacífico" para encarar esta situación "muy triste y difícil".
Isasmendi ubicó el foco del problema en la decisión empresarial a su juicio injustificada de cerrar o dejar una planta productiva de cemento con 50 trabajadores.
"No tienen ningún argumento. La industria del cemento no atraviesa la misma crisis que por ahí impacta en otros sectores industriales de la Argentina. Los trabajadores a veces no tenemos memoria y volvemos a cometer el error de elegir mal a la hora de una elección o de resistir el odio que siembran los sectores de la economía concentrada hacia lo popular, el odio a la pobreza y a las clases más pobres. Nos han vendido que venían a hacer el bien y hoy estamos pagando las consecuencias", recalcó Isasmendi.
Más tarde bregó por una postura autocrítica ya que "cada uno sabe que esta elección va a ser muy peligrosa porque va a haber candidatos ocultándose bajo el manto de progresistas. Evidentemente no habrá que bajar los brazos. Acá hay un ejemplo de un pequeño pueblo de la provincia que a pesar que tenemos un empresa multinacional como Loma Negra con la firme decisión de destruirnos, está la decisión de luchar y de generar conciencia entre los trabajadores que se puede hacer algo distinto y lograr el objetivo que es no perder ninguna fuente de trabajo" afirmó Isasmendi.
Asimismo, y entrando en la realidad que se vive en Barker, el secretario general de Aoma añadió que siguen las presiones de la cementera para que "algunos trabajadores acepten ser trasladados a otros destinos o perder el trabajo: los coordinadores, algunos vecinos de Barker, fueron a buscar a aquellos trabajadores que tienen un carácter más tranquilo, son factibles de ser presionados. Confeccionaron una lista, los llamaron a la oficina de Recursos Humanos, los encerraron y les exigieron una respuesta para ese preciso momento. Los trabajadores pidieron consultar con el gremio y sus familias les dijeron que no, que no se podían ir sin dar una respuesta, que sólo les permitían hacer una llamada telefónica. Bajo esa presión hubo 6 compañeros que aceptaron irse de Barker con destino a Zapala, Catamarca, Cañuelas o Ramallo, lejos de su pueblo y de sus familias" concluyó Isasmendi que calificó esta acción empresaria como cuasi mafiosa.
(Fuente El Fenix)
La Voz de Tandil