Catamarca: A propósito del litio y la clásica costumbre argentina de "hablemos sin saber"
- 10 de julio, 2023
Editorial del diario El Esquiú en la columna Desde la bancada periodística
Como suele pasar en la Argentina, miles de voces se convierten de la noche a la mañana en expertas analistas de temas que desconocían dos días antes, y ahora la moda es opinar del litio, incluso por parte de quienes en su vida vieron litio ni conocen los procesos de producción o comercialización.
A caballo de esa costumbre, se reclama a cada paso que el litio se nacionalice, que se declare un interés estratégico nacional para protegerlo, que se abra de inmediato una fábrica de baterías de litio local, se demonizan las empresas inversoras, etc., etc.
Y contrariamente a la idea que se está instalando, con el litio se viene trabajando muy bien y con excelentes resultados, dato objetivo que puede medirse por las inversiones concretadas, por los proyectos existentes, por la generación de empleo y muchos otros indicadores.
Alguien que sí estudió y conoce la temática, como Martin Ignacio Plaza, actualmente director de la Casa de Salta en la Ciudad de Buenos Aires, salió al cruce de esas opiniones ligeras con argumentos sólidos.
“Algunos proponen, desconociendo la actividad, la declaración de un abstracto ‘interés estratégico nacional’ de la actividad, de las reservas, o de todo aquello que suene a litio. No hay una normativa que reglamente y establezca qué significa tal declaración o que determine qué derechos y obligaciones ello implica. Tampoco surge de los proyectos, ni de las propuestas. Sin embargo, a pesar de esa peligrosa abstracción, hay propuestas, proyectos o anteproyectos legislativos que realizan la declaración en cuestión, sin explicar qué significa”.
Al respecto, sería conveniente diferenciar por un lado la actividad minera en sí, y por otro lado el desarrollo de la industria de las baterías, o el desarrollo de electro-movilidad.
Interés estratégico significa gramaticalmente, una actividad a la que se le da una gran importancia política, económica o social, más allá del interés individual. Algo que merece especial atención según fines y objetivos determinados. Ello supondría algún tipo de regulaciones más intensas, privilegios, cambio de titularidad en la gestión, etc.
Cabe recordar que el crecimiento de la actividad en análisis en nuestro país, ya se viene desarrollando por un interés estratégico planificado, hoy en plena ejecución, a partir del trabajo desde hace muchos años de manera sinérgica entre gobierno, comunidades y capital privado.
Las concesiones de exploración, que luego se transforman en concesiones de explotación, fueron otorgadas hace varios años. En los últimos 15 años la superficie cubierta con propiedades mineras ha crecido casi un 150%.
Estas concesiones generaron grandes inversiones, planificación, desarrollos empresarios, pago de impuestos, y respecto de las cuales, los empresarios aun no obtuvieron ganancias. Este desarrollo económico, en el que aun sin producir y obtener ganancias genera puestos de trabajo, desarrollo de infraestructura y capital social, responde a estrategias de crecimiento regional.
En ese sentido, en 2020, Salta, Jujuy y Catamarca, las tres provincias en las que se obtiene el litio, conformaron a partir de ciertas áreas de su territorio, la Región del Litio. Este espacio de desarrollo económico y social, es una herramienta habilitada por la Constitución Nacional de 1994, en su artículo 124.
La conformación de la Región del Litio cumplió con los pasos constitucionales: fue aprobada por las tres legislaturas, y remitida para conocimiento del Congreso Nacional. Esta conformación es una decisión estratégica de alto vuelo institucional, jurídico y económico de las tres provincias, para potenciar el desarrollo de la actividad.
Plaza evalúa que “las provincias, quienes son dueñas del subsuelo, poseen el dominio jurídico, y están habilitados para otorgarlo en concesión, hace años vienen trabajando en sentido de interés estratégico, no solo local, sino a un nivel regional, y con conocimiento del Congreso Nacional”.
Esta región, posee como órganos de administración la llamada “mesa del litio”, donde participan los gobiernos provinciales, las comunidades, organismos del estado nacional, y ahora fueron invitados los sectores privados mineros y proveedores de esa actividad.
El interés estratégico del sector se viene desarrollando hace tiempo, con políticas y actividades concretas.
Por otro lado, como se menciona previamente, el desarrollo de la electromovilidad no posee actualmente ningún tipo de desarrollo en el país, y hace a un desarrollo promocional de la industria automotriz, respecto de la cual, el gobierno federal posee herramientas, competencias, y perspectivas de generar un crecimiento de la actividad.
Aspectos estos en los que el gobierno federal, (actividad minera) no puede intervenir, ya que no posee jurisdicción, dominio, ni herramientas de promoción.
Sería un grave error que este último avanzara sobre la actividad entrando por la ventana, entrometiéndose respecto de algo que no le pertenece ni entiende. Una intervención con desconocimiento de la actividad y del importante trabajo realizado, basada más en un prejuicio ideológico, que en una verdadera planificación estratégica.
La declaración de “interés estratégico”, ¿implica expropiar a las empresas que están explotando la actividad actualmente? Una estimación rápida puede realizarse de acuerdo al nivel de inversión realizada en las 3 provincias, respecto de un eventual pago por expropiación, sería un costo de miles de millones de dólares. ¿Esto tiene algo de estratégico?
Otro punto fetiche es la fabricación de baterías aquí y ahora. Cabe recordar que en el desarrollo de la famosa batería, si bien el litio constituye un insumo esencial e irremplazable, representa solo el 1% del volumen contenido y aproximadamente el 3% del costo final (datos brindados por el documento “Del litio a la batería: análisis del posicionamiento argentino. Documentos de Trabajo del CCE N° 16, octubre de 2021, Consejo para el Cambio Estructural - Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación), por lo que disponer del recurso no alcanza para avanzar en la cadena de valor hacia instancias de fabricación de baterías o sus partes.
El resto de los componentes como azufre, manganeso, níquel, cobalto, cobre, entre otros, no son producidos en la escala necesaria en nuestro país, y su transporte y desarrollo logístico son de un altísimo costo en la actualidad.
Sin embargo, el desafío es poder superar este problema logístico, de producción y de conocimiento tecnológico. En este tema sería de gran utilidad el desarrollo de políticas nacionales dentro de las posibilidades del régimen cambiario, que permitan destrabar importaciones y posibilitar giros de divisas.
En resumen, el mineral del litio y su extracción, no solo es desarrollado y tratado con un carácter estratégico desde hace años en el país, sino que también con una inteligente y eficaz planificación económica y social. El mineral, con el tratamiento que se le da, adquiere un valor agregado no menor.
Esta política virtuosa de desarrollo de una actividad, que es llevada adelante armonizando diferentes jurisdicciones, pertenencias políticas y gobiernos temporales, es una verdadera política de Estado, de las que tanto se reclama en nuestro país. La misma debe ser completada por una política de estado nacional que establezca y trace la cadena de valor virtuosa, a través del desarrollo de electro-movilidad.
El desarrollo estratégico no puede ser una palabra vacía, ideológica o encubridora de oscuros intereses, sino una toma de decisión seria, inteligente y estudiada, que está orientada al desarrollo de fines y objetivos que trascienden los intereses individuales, sectoriales, o ideólogos.
La estrategia del Litio hace años ya está en marcha.
El Esquiú.com