En minería, sí vale más un pájaro en mano que cien volando, por Eduardo Gajardo

En la industria minera es importante aprovechar todo el abanico de oportunidades que se pueden presentar. Hay que aprovechar los momentos y no quedarse abajo del tren de la oportunidad.

Alfredo Cornejo sorprendió en su discurso del 1° de Mayo con la fuerte definición que hizo respecto a la actividad minera, posicionándola como motor económico para el progreso de Mendoza. Desde algunos sectores de la oposición hicieron una crítica señalando como un error avanzar con un proyecto en condiciones de producir. En su lugar, señalaron que lo apropiado -según su visión- es "apostar" por el impulso a la exploración que se está haciendo en el sur provincial, específicamente en el departamento de Malargüe, en un proceso a largo plazo.

Más allá de las medidas políticas tomadas desde el Estado provincial, es importante detenerse en una visión más técnica y económica sobre la decisión de avanzar tanto con la exploración inicial en Malargüe y, en paralelo, abrir la puerta para la evaluación ambiental del único proyecto que está cubicado (medido) en Mendoza y que, por ende, es el único en el que existe certeza respecto a la presencia de mineral de cobre.

Desde el punto de vista técnico y económico, en el escenario mendocino (en el cual se han perdido más de 18 años en materia de desarrollo minero), es relevante poner sobre la mesa y considerar todas las opciones posibles para tratar de avanzar con la industria, porque de lo contrario se seguirá perdiendo tiempo. Eso, pensando en no quedarse abajo del tren de la oportunidad como ya ocurrió en el pasado.

En este caso, sí es posible decir que "más vale pájaro en mano que cien volando", porque un proyecto medido y prefactibilizado dependerá del cumplimiento de los requisitos legales para su desarrollo y puesta en marcha. En cambio, los proyectos que se encuentran en prospección o exploración inicial deben superar muchos eslabones antes de pensar siquiera en dar el paso a una exploración avanzada. Eso, no implica que no se le de importancia a esta etapa, porque aún con un porcentaje bajo de éxito por cantidad de proyectos iniciados, es fundamental explorar para tener certeza de la existencia de mineral y dejar de hablar siempre de potencial.

Los escenarios

Si el Estado se enfocara solamente en la etapa exploratoria (que en el caso de Malargüe Distrito Minero Occidental, MDMO, es inicial o de prospección) y deja de lado cualquier otra opción, elige como único camino uno que tiene un alto nivel de incertidumbre. Si bien los proyectos mineros se basan en manifestaciones que son identificadas por los geólogos, para iniciar la cadena de desarrollo necesitan superar varias etapas antes de confirmar la presencia de mineral. Recordemos que la estadística mundial indica que de cada 100 proyectos que se inician a explorar, sólo uno llega a convertirse en mina.

De acuerdo a los datos del estado mendocino, para fin de año esperan tener 100 proyectos en condiciones de avanzar con distintas etapas de exploración en Malargüe. En la primera campaña que se cerró en abril no se hicieron perforaciones, que sería ir hacia una exploración más avanzada. Las ventanas de tiempo hacen que las exploraciones lleven muchas temporadas, a lo que se debe sumar la necesidad de conseguir financiamiento para una etapa en la que se arriesga mucho capital. De hecho, hay que pensar que una prospección inicial puede costar fácilmente US$40.000. Ni hablar de las etapas de sondajes, donde un metro de perforación en zonas altas de la cordillera puede costar fácilmente entre US$600 y US$1.000, con la posibilidad de que los resultados sean negativos y ese dinero no se recupere.

Entonces, considerando todo lo que implica explorar, los márgenes de éxito y los plazos, cualquier gobernante que tenga un proyecto en condiciones de producir tiene la obligación se impulsarlo, porque allí si existen certezas. Existe una certidumbre que tampoco es producto de la casualidad, sino que es producto de largos años de exploración y altas inversiones.

De hecho, debe impulsar un proyecto prefactibilizado incluso como una señal para los mercados, porque a la hora de buscar financiamiento para otras etapas e ideas como MDMO, preguntarán -como ya ocurrió- por los avances de otros proyectos y considerarían "extraño" que teniendo la posibilidad de poner en producción una mina la autoridad estatal no la impulse.

Entonces, desde lo estrictamente minero es una decisión correcta avanzar con todo el abanico de posibilidades que tiene el Estado mendocino en la materia, especialmente en un momento de alta demanda de mineral, pero que también tiene un alta competencia en el mercado en busca de financiamiento. Hoy los niveles de dinero circulando en el mercado no son abundante y los inversores analizan muy bien todas las opciones antes de inyectar recursos en un país o provincia, por lo que cada decisión es tomada como una importante señal.

Mdzol.com