Es la política, estúpido

Las puebladas" a las "preocupaciones ambientales" y a los grupos anti mineros violentos desaparecieron

Durante la campaña por medio de la cual Bill Clinton le ganó la presidencia de EEUU a George Bush, se popularizó la frase “es la economía, estúpido”, que ahora modificamos para referirnos a “las puebladas” a las “preocupaciones ambientales” y a los grupos anti mineros que impidieron, durante años, el despegue de las provincias de la cordillera de la mano de la minería (salvo San Juan, que tuvo líderes políticos que entendieron todo).

Las hordas, los miles se transformaron en grupos que no llegan a armar 2 equipos para el fulbito 7.

Claramente, es la política, estúpido…

Mendoza, Chubut, La Rioja y Catamarca

Esquel, Chubut, La Rioja, Andalgalá, Mendoza son los ejemplos evidentes de que siempre el interés detrás de las movidas “verdes” fue la política, que se sirvió de la minería como rehén de disputas de poder o para favorecer a uno que otro grupo empresario o empresa multinacional, o actividad productiva cuasi esclavista.

Todas estas localidades y provincias fueron noticias por acciones violentas y desmanes provocados por bandas organizadas que, en nombre “del pueblo”, violentaron, agredieron, quemaron y expulsaron a empresas a las que hoy estos gobiernos suplican, de rodillas, por inversiones.

Ahora, casi todas ellas se abrieron o se abren de apoco, a la minería.

Solo falta Chubut, pero ya llegará.

¿Faltan financistas?

¿Habrán desaparecido los grupos que financiaban con millones estas movidas?

¿Habrán desaparecido las luchas por el poder político territorial que usaban las movidas anti mineras para generar bardo?

Lo que es obvio, la movida se redujo a un grupo de entusiastas psico-bolches que a pesar de todo, continúan desplegando pancartas y trapos rojos.

Son pocos, pero su esfuerzo en la lucha es valorable.

Entonces, ¿está bien hablar de licencia social? o, ante lo evidente, ¿debería, la patria consultora minera, empezar a trabajar sobre el concepto “licencia política”?

Id, salid de Buenos Aires, dejad de importar “modelos exitosos” de gestión comunitaria de Perú, Ecuador o Canadá, trabajad sobre el territorio y reformulad los manuales por los que las mineras tanto pagan.

Hermanos corporativos; salid de los escritorios y embarrad los zapatos de punta finita en el barro de las comunidades.

Por Hiram del Valle

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