Fiebre del oro: en 2022 la banca central mundial hizo compras récord en 55 años
- 3 de febrero, 2023
Lo ocurrido el año pasado no se veía desde 1967, cuando los bancos centrales europeos compraron volúmenes masivos de oro a EE.UU.,

Lo que provocó una revolución de precios y el colapso de las reservas del London Gold Pool. Eso aceleró la desaparición del sistema de Bretton Woods, que vinculaba el valor del dólar al metal precioso. ¿Qué se espera para 2023?
Por Jorge Herrera
A pesar de que el oro no fue una gran inversión el año pasado, la demanda global alcanzó niveles récord en más de una década. Sin embargo, el dato que más generó ruido, sobre todo en los últimos meses de 2022, fueron las compras de la banca central mundial que, según estimaciones de analistas y expertos del mercado de metales londinense en base a datos del BIS, IFS del FMI, WGC y otras fuentes, totalizaron 1.136 toneladas, el nivel más alto desde 1967. ¿Cómo se explica esto? Los expertos encuentran en la incertidumbre geopolítica y la alta inflación las principales razones para tener oro. A la hora de ver quiénes fueron los mayores compradores, los datos muestran que fueron principalmente de bancos de mercados emergentes, incluyendo Turquía y China. De todos modos, el ranking mundial de los mayores 100 países tenedores de oro sigue liderado ampliamente por EE.UU. con más de 8.133 toneladas seguido por Alemania con 3.355 toneladas. Argentina se ubica en la mitad de la tabla con sus casi 62 toneladas.
Lo acontecido en 2022 es insoslayable ya que dos años después de caer a su nivel más bajo en una década, la demanda de los bancos centrales repuntó con fuerza el año pasado, marcando el segundo aumento interanual consecutivo en las compras netas de este sector por un total de 1.136 toneladas. Pero 2022 no solo fue el decimotercer año consecutivo de compras netas, sino también el segundo nivel más alto de demanda anual registrado en los últimos 55 años. Los datos reflejan que el oro se puso “de moda” entre los bancos centrales desde que se convirtieron en compradores netos anuales en 2010. La encuesta anual más reciente del WGC sobre el oro de los bancos centrales destaca dos factores clave de las decisiones de los bancos centrales de mantener oro: su desempeño en tiempos de crisis y su papel como reserva de valor a largo plazo. Por eso no sorprende entonces que en un año marcado por la incertidumbre geopolítica y la inflación desenfrenada, los bancos centrales optaron por seguir agregando oro a sus arcas y a un ritmo acelerado. En tal sentido, las compras netas de la banca central mundial fueron en el cuarto trimestre 417 toneladas, elevando el segundo semestre a una compra total de 862 toneladas, lo que explica el récord alcanzado el año pasado. Al respecto, cabe señalar que estos datos generaron cierto ruido y debate en el mercado debido a que los números del último trimestre del año surgen, como de costumbre, de una combinación de compras reportadas y una estimación sustancial de la compra no declarada. Ocurre que hay bancos y/o entidades que no siempre informan o declaran sus compras en el mercado, en tiempo y forma, lo que lleva no solo a suspicacias sino a validar las estimaciones de los expertos de este mercado.
En cuanto a la mencionada tendencia que comenzó en 2010, vale destacar que los bancos centrales de los mercados emergentes fueron los que representaron la mayor parte de la demanda reportada el año pasado. Por ejemplo, China reanudó sus compras en 2022. El anuncio más significativo del año se produjo a fines de 2022, cuando el Banco Popular de China (PBoC) informó el primer aumento de sus reservas de oro desde septiembre de 2019. En noviembre y diciembre, el PBoC anunció compras totales de oro de 62 toneladas, elevando sus reservas totales de oro a más 2.000 toneladas por primera vez. Estos anuncios fueron significativos dada la posición histórica de China como gran comprador de oro, habiendo acumulado 1.448 toneladas entre 2002 y 2019. Sin embargo, fue el Banco Central de Turquía quien informó la mayor compra en 2022: sus reservas oficiales de oro aumentaron en 148 toneladas a 542 toneladas, el nivel más alto registrado.
A nivel regional, Medio Oriente fue un comprador activo de oro durante el 2022: Egipto (47 toneladas), Qatar (35 tons.), Irak (34 tons.), los Emiratos Árabes Unidos (25 tons.) y Omán (2 tons.) aumentaron significativamente sus reservas de oro. Asia Central también vio crecer su nivel de compras ya que a pesar de comenzar el año como vendedor neto, el Banco Central de Uzbekistán terminó el 2022 como comprador neto de oro, con un aumento de sus reservas de oro de 34 toneladas. La República de Kirguistán (6 tons.) y Tayikistán (4 tons.) también fueron compradores relevantes. En cuanto al Banco de la Reserva de India, siguió siendo comprador de oro en 2022, agregando 33 toneladas, un 57% menos que en 2021 cuando compró 77 toneladas. La intervención en el mercado de divisas para respaldar la rupia durante el año provocó una disminución de las reservas de divisas de u$s70.000 millones, lo que puede haber afectado la compra de oro del banco, especulan los analistas. Sus reservas de oro ascienden ahora a 787 toneladas. Por otra parte, Ecuador (3 tons.), República Checa (1 tons.) y Serbia (1 tons.) también fueron compradores destacados. Pero Irlanda fue el único banco central del mercado desarrollado que incrementó sus reservas de oro durante el año, con compras de 3 toneladas en el primer trimestre.
Si bien las compras fueron importantes, 2022 también vio algunas ventas. El Banco Nacional de Kazajstán fue el mayor vendedor, reduciendo sus tenencias de oro en 51 toneladas a 352 toneladas. En un comunicado a la agencia Bloomberg, el Banco Nacional de Kazajstán indicó que planeaba más ventas de oro en 2023, aunque anteriormente había declarado que las ventas pueden depender de las condiciones del mercado.
Hay otro dato a tener en cuenta en el comportamiento del año pasado. Ocurre que no es raro que los bancos centrales que compran regularmente producción nacional de oro oscilen entre comprar y vender. Por ejemplo, Alemania registró ventas netas de 4 toneladas como parte de su programa de acuñación de monedas en curso, mientras que Sri Lanka (3 tons.), Polonia (2 tons.), Filipinas (2 tons.), Mongolia (2 tons.), Bosnia y Herzegovina (1 tons.), Camboya (1 tons.) y Bután (1 tons.) fueron todos vendedores de al menos una tonelada. Por otro lado, el Banco Central de Rusia anunció que reanudaría la compra de oro a productores nacionales tras la imposición de sanciones internacionales. Pero no se han informado más datos desde una disminución de 3 toneladas en sus reservas de oro en enero del 2022.
¿Cómo sigue?
De cara al futuro, los expertos ven pocas razones para dudar de que los bancos centrales sigan siendo positivos hacia el oro y continúen siendo compradores netos en 2023. Pero es difícil predecir cuánto porque la demanda puede estar impulsada por políticas y no siempre responde a los impulsores económicos más comunes que se usan para analizar otros sectores. Además es razonable creer que la demanda de la banca central en 2023 puede tener dificultades para alcanzar el nivel que alcanzó el año pasado, y es probable que una desaceleración del crecimiento de las reservas totales ejerza presión sobre algunos bancos centrales, reduciendo su capacidad para asignar oro. Por lo tanto, los expertos creen que es probable que las compras en 2023 sean más moderadas.
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