Litio en Argentina: cuál es la situación de la industria y el empleo en un sector económico con alta proyección
- 7 de septiembre, 2023
La industria del litio representa para Argentina una oportunidad única de crecimiento y el país debe prepararse para los desafíos del sector.
De qué manera este recurso puede transformar la economía nacional y cuál es su rol hacia una transición energética más sostenible.
por Carlos Toppazzini
Argentina es el segundo país en niveles de reserva de litio -por detrás de Bolivia-, el cuarto productor a nivel mundial (Chile, Australia y China lideran el ranking) y el país de mayor crecimiento a nivel global en este segmento.
Hacia 2030, se estima que Chile y Australia tendrán el 35-40% de la producción mundial, actualmente producen cerca del 70%; y se prevé un fuerte crecimiento de Argentina debido al auspicioso involucramiento de las provincias de la Puna en la promoción de un sector que ya comienza a mostrar su potencial de crecimiento y desarrollo.
Datos del Ministerio de Economía señalan que, actualmente, hay tres grandes proyectos en Jujuy y Catamarca que ya están produciendo y cinco en etapa de construcción en las provincias de Salta y Catamarca (dos en cada una de ellas y uno compartido en el Salar del Hombre Muerto).
A su vez, Argentina cuenta con 19 proyectos en estado de exploración avanzada y 22 en distintas fases de desarrollo de factibilidad y exploración en cinco provincias: Salta (7), Catamarca (11), Jujuy (2), San Juan (1) y Río Negro (1).
Litio en Argentina: un sector sin regulación
Por el momento, no existe una reglamentación nacional para la producción de este mineral, ya que el Artículo 124 de la Constitución Nacional establece que “corresponde a las provincias el dominio originario de los recursos naturales existentes en su territorio”, por lo que cada provincia cuenta con la capacidad para regular su uso y disposición.
A nivel nacional se cuenta únicamente con el Código de Minería (Ley 24.585) que regula los derechos, obligaciones y procedimientos referentes a la adquisición, explotación y aprovechamiento de las sustancias minerales; y con la Ley de Inversiones Mineras (Ley 24.196), que otorga beneficios tributarios tanto en la etapa exploratoria/prospectiva, como durante el desarrollo del proyecto. Estos dos actúan como norma jurídica de fondo para que las provincias establezcan sus leyes.
“Salta, por ejemplo, cuenta con sus propios Juzgados de Minas y con la Dirección de Minería Provincial, que en la mirada del Estado Provincial brindan seguridad jurídica a los proyectos que se instalan en la provincia”, dice Gabriel Righini, socio de Auditoría y referente de Energía y Recursos Naturales en Grant Thornton Argentina.
El rol del litio hacia la sostenibilidad
La Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (CEPAL), sostiene que el uso del litio puede multiplicarse por 42 para el año 2040, de acuerdo con el escenario de desarrollo sostenible de la Agencia Internacional de Energía.
La industria litiera en Argentina emplea de forma directa a 38.500 personas –con un aumento del 23% anual-, y genera entre 80.000 y 100.000 puestos de trabajo indirecto. La Secretaria de Minería de Salta, Romina Sassarini, señala que llevan 28 meses ininterrumpidos de crecimiento en la industria. “Hay 4.500 empleos directos en la provincia y la Ley Provincial N° 8.164 determina que el 80% de la nómina de trabajadores debe tener domicilio real en la provincia”, asegura.
El camino hacia el desarrollo
Debido a todo el potencial que presenta la industria del litio en Argentina y el impacto que tendrá en otras industrias y sobre la matriz energética global, el desarrollo de los proyectos de extracción de litio cobra una elevada importancia.
La producción total de litio en 2022 en el país fue de 30.000 toneladas y se apunta a pasar las 110.000 toneladas de producción para 2030.
La planificación, inversiones, permisos y organización de una planta para llegar al momento de la producción requiere máxima coordinación entre todos los participantes de los proyectos y lleva entre 6 a 8 años poder ponerla en funcionamiento.
Además, la producción puede tardar hasta 1 año si se realiza a través de los estanques de evaporación convencionales.
En ese sentido, Estanislao de León, socio de Auditoría y referente de Energía y Recursos Naturales en Grant Thornton Argentina, comenta que “para acelerar la producción de litio, la industria busca migrar de la producción tradicional basada en el uso de aluminio, electrólisis, iones o solventes, a la producción directa. Hoy, hay 3 empresas en China y una en Argentina que realizan DLE”.
El rol del litio en la transición a un mundo libre de carbón lo eleva por encima de otros recursos energéticos. Uno de sus principales impactos será en la industria del transporte y la logística, ya que las baterías de litio son la fuente de energía más eficiente para los vehículos eléctricos, cuya demanda está creciendo a nivel global.
En estos momentos, solo un 5-7% de los automóviles son eléctricos, pero se proyecta que para el 2030 entre el 40-45% lo sean.
Por último, en cuanto a la producción, Argentina se encuentra con el desafío de instalar redes eléctricas y llevar agua para completar el ciclo de producción en aquellos sitios de la Puna de más de 3.000 metros de altura sobre el nivel del mar, donde es más fácil encontrar salmuera de litio que reservorios de agua dulce.
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