Minería del uranio: claves, desafíos y oportunidades en el nuevo escenario energético
- 14 de julio, 2025
La minería del uranio adquiere protagonismo en la estrategia de seguridad energética mundial.

Argentina impulsa crear YPF Nuclear y reabrir proyectos como Cerro Solo, clave para el desarrollo nuclear nacional.
El mercado global del uranio está dominado por Kazajistán y enfrenta tensiones geopolíticas por la guerra y la transición energética.
La innovación tecnológica, especialmente la lixiviación in situ y la minería inteligente, marcan la nueva etapa del sector.
La minería del uranio se encuentra en el centro del debate energético mundial a raíz de la transición hacia fuentes más limpias y la creciente demanda de seguridad en el suministro nuclear. El desarrollo de proyectos relacionados con la extracción y procesamiento de este mineral crítico se presenta como un eje estratégico tanto para países productores como para aquellos que buscan disminuir su dependencia energética exterior.
En las últimas décadas, el uranio ha cobrado mayor relevancia por su papel como combustible para la generación de electricidad en centrales nucleares. Sin embargo, el acceso a yacimientos, la innovación en los métodos de extracción y los desafíos medioambientales y geopolíticos plantean interrogantes sobre la viabilidad y sostenibilidad del sector. Argentina, España, Francia y China se sitúan como ejemplos clave de los distintos enfoques y desafíos que enfrenta esta industria.
El resurgir de la minería del uranio en Argentina: proyectos, actores y regulaciones
En el contexto latinoamericano, Argentina trabaja en reimpulsar la minería del uranio como parte de una estrategia nacional de diversificación energética. El presidente de YPF, Horacio Marín, ha adelantado la intención de crear una subsidiaria centrada exclusivamente en esta actividad: YPF Nuclear. La idea es avanzar, de la mano de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y las autoridades provinciales, en la puesta en valor de yacimientos como Cerro Solo, ubicado en Chubut, considerado el mayor recurso del país.
La apuesta contempla no solo cubrir la demanda doméstica de combustible nuclear —hoy mayoritariamente importado de Kazajistán—, sino también abastecer a futuros reactores modulares y favorecer la exportación. Se calcula que Cerro Solo contiene unas cinco mil toneladas de uranio, con capacidad suficiente para cubrir más de dos veces la necesidad anual del sistema eléctrico argentino, además de generar cientos de empleos directos e indirectos. También se puede profundizar en las distintas técnicas de minería del uranio y su impacto ambiental en explorando la energía nuclear y sus avances tecnológicos.
El desarrollo de esta minería se enfrenta a marcos regulatorios complejos: la Ley XVII N° 5001 en Chubut impide la minería a cielo abierto con uso de cianuro, aunque sí permite métodos menos agresivos como la extracción subterránea o la lixiviación in situ, técnica ya adoptada en otros países líderes. La presión social y el debate ambiental siguen presentes, por lo que se busca un equilibrio entre desarrollo económico, seguridad energética y respeto por el entorno.
Panorama internacional: productores, técnicas y tensiones geopolíticas
En la escena internacional, el panorama de la minería de uranio está dominado por Kazajistán (43% de la producción mundial), Canadá, Namibia, Australia y Uzbekistán. El mercado experimenta actualmente una subida notable de precios, impulsada por el renovado interés global en la energía nuclear y los riesgos geopolíticos derivados de la guerra en Ucrania, que afectan la seguridad del suministro y generan competencia por los recursos estratégicos.
Una de las innovaciones tecnológicas más relevantes en el sector es la lixiviación in situ, o «minería por solución». Este método, que ya se utiliza ampliamente en Kazajistán y China, consiste en inyectar soluciones químicas en la roca para disolver el uranio y extraerlo de forma controlada, reduciendo el impacto ambiental comparado con la minería convencional. La empresa Blue Sky, en Argentina, y el reciente proyecto «Uranio Nacional N.º 1» en China, reflejan la tendencia hacia una minería más eficiente, segura e inteligente.
La geopolítica del uranio marca profundamente el devenir del sector. España, por ejemplo, importa todo su uranio enriquecido, con un 40% procedente de Rusia, lo que complica la diversificación tras el conflicto en Ucrania y las sanciones occidentales. Francia, tradicionalmente abastecida por Níger a través de la empresa estatal Orano, enfrenta incertidumbres tras la nacionalización de minas clave por el gobierno de Niamey y los recientes cortes de suministro eléctrico. Estos episodios subrayan la vulnerabilidad energética de Europa ante la inestabilidad internacional.
Desafíos para el futuro: sostenibilidad, tecnología y licencias sociales
El auge de la energía nuclear y la minería de uranio también trae aparejados desafíos importantes. La gestión de residuos radiactivos, los costes asociados, la obtención de licencias sociales y los condicionantes legales constituyen barreras que exigen soluciones innovadoras. En países como España, la prohibición de nuevas explotaciones mediante normativas recientes ha detenido proyectos privados como el de Retortillo en Salamanca, mientras que en Argentina la presión social ha frenado intentos de modificar la legislación minera en Chubut.
No obstante, la irrupción de nuevas tecnologías como centros de control remoto, la minería inteligente basada en big data y la automatización están cambiando la forma de gestionar la actividad y pueden mejorar tanto la eficiencia como el control ambiental. El ejemplo chino, con la puesta en marcha de sistemas de producción a distancia y análisis avanzado de datos, señala el rumbo hacia una minería del uranio cada vez más sofisticada y sostenible.
Renovablesverdes.com