Olavarría/el derrumbe: cementeras, pymes y sindicatos no ven luz al final del túnel
- 22 de enero, 2025
El despacho de cemento en Olavarría cayó a niveles de hace 15 años, incluso peores que los de la pandemia.
La actividad en el sector se contrajo un 30 por ciento a nivel nacional desde que llegó Javier Milei y 700 empresas bonaerenses cerraron sus puertas.
Por Andres Miquel
La construcción es uno de los sectores más golpeados por las decisiones de Javier Milei. En la provincia de Buenos Aires, el sector recibió un duro golpe con una caída en el despacho de cemento por arriba del 30 por ciento en Olavarría, cuna cementera del país. La situación no es aislada, y el universo de las pymes constructoras observa con asombro la decisión de mantener paralizada la obra pública nacional que, junto a otras medidas, se llevó puestas a 700 empresas bonaerenses del sector.
“El despacho de cemento anual histórico del país estuvo siempre por encima de 10 millones de toneladas, con picos de 13, pero el año pasado apenas pasamos las 9”, subraya Bruno D’Amico, empleado de Loma Negra y tesorero de la representación seccional local de la Asociación Obrera Minera Argentina (AOMA).
Explica que, en Olavarría, la combinación de Loma Negra y Cemento Avellaneda acumulaban un promedio de 6 millones de toneladas despachadas al año. Eso se contrajo y se vio en los sueldos, puntualmente, de los empleados de Loma Negra. Allí, cobran un adicional que se basa en una tabla de producción que, señala D’Amico, durante el 2024 monto tocó un piso histórico.
“La tabla indica que se cobra un adicional por producción equivalente, como máximo, al 10 por ciento del sueldo, y con mínimo que es del 3 por ciento” comienza su explicación en diálogo con Buenos Aires/12. Y remata: “Casi todo el año estuvimos por debajo de ese 3 por ciento, pero se cobraba el 3 porque el acuerdo lo marca como mínimo, aunque la producción no alcanzaba los niveles mínimos de la tabla y solo en octubre y noviembre cobramos el 5 y el 4 por ciento respectivamente”.
Cuenta que desde el 2016 que no llegan al 10 por ciento, con buenos momentos entre 2021 y 2022 donde el adicional trepaba a los 7 u 8 puntos. Pero el 2024 fue "catastrófico". El ministro de Economía bonaerense, Pablo López, publicó días atrás que el sector de la construcción operó un 30 por ciento por debajo de lo que alcanzó en 2023.
Y eso se vio, tal como dice D’Amico, en los despachos de cemento que, según la Asociación de Fabricantes de Cemento Portland, tocó el peor número desde 2009. Incluso, por debajo de los vistos durante la pandemia. Sucede que, durante el primer año de la gestión de Milei, la caída en el despacho de cemento pisó el 24 por ciento.
En valores de toneladas de cemento, significa que, a nivel país, en 2023 se despacharon más de 12,5 millones, mientras que en 2024 apenas se superaron las 9,5.
A la complejidad del universo cementero se le agrega el estrictamente minero. D’Amico detalla que, durante el primer año de Milei al frente del Gobierno nacional, se perdieron 250 puestos de trabajo en canteras olavarrienses y otros 300 de empleados de la construcción que cumplían tareas de mantenimiento en la actividad minera.
Las pymes también en picada
Este escenario es validado por la explicación de Gerardo Fernández, titular de la Confederación de Pymes de Constructores. “A nivel país, casi el 98 por ciento de la obra pública nacional está parada, hay incumplimiento contractual y no se están pagando los certificados presentados”, apunta el empresario.
A su vez, advierte que, desde el Gobierno nacional, se generó la expectativa sobre la posibilidad de que el sector privado absorba lo que el Estado dejaba de construir. “Eso ocurrió, pero en un porcentaje menor y centralizado que hizo que la caída sea del 30 por ciento y no del 70”, afirma.
Pero, para no anclar el análisis únicamente en la obra pública, Fernández explica que los desarrolladores inmobiliarios padecen este escenario nacional. El dirigente empresarial hace hincapié en tres datos. Dice que construir un metro cuadrado aumentó, entre noviembre de 2023 y de 2024, un 140 por ciento, según el Indec. En paralelo, el dólar, moneda de ahorro e inversión de los desarrolladores, aumentó solo un 40 por ciento, “lo que muestra un desfasaje de cien por ciento”.
¿Y el tercero? El valor de las viviendas se incrementó por debajo del 10 por ciento. “Hemos quedado caros en dólares”, remarca. “Hoy si vendes un departamento en 50 mil dólares te sale 70 mil construirlo, por lo que venderías a pérdida”, sintetiza.
El combo fue letal para las pymes del sector. Según los datos del Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción, la Argentina perdió alrededor de 2 mil empresas vinculadas a la actividad. De ese total, casi 700 fueron bonaerenses.
No es cuestión de magia
“Si bien es verdad que el gobernador Axel Kicillof intenta diferenciarse y habla de sostener la obra pública, mago no es y no puede suplantar lo que sacó la Nación”, sostiene Fernández. “Se sigue notando significativamente la falta, aunque cada provincia intenta resolver de la mejor manera posible, porque son los que le conocen la cara al empresario pyme”, repara.
Se muestra sorprendido con algunas maneras de proceder de parte del Gobierno nacional, como la negación a traspasar obras nacionales a jurisdicciones provincial, cuando los propios gobernadores las piden. “Si el tema era no gastar pero no se la das la provincia, entonces no querés que se haga”, subraya.
Dice que, al principio de la gestión de Milei, se acercaba dos veces por semana a oficinas del Gobierno nacional para encontrar una solución a los certificados vencidos, las deudas acumuladas con las empresas por el incumplimiento del contrato de la Nación y conversar sobre la vialidad de retomar la planificación de obras. De dos visitas semanales pasó a dos por quincena, luego a dos por mes y “hoy nada”.
“Te reciben bien, pero después nadie firma nada, y nada se resuelve, te hablan de que a ellos les bajan línea, pero esa línea cambia semana a semana”, señala.
A pesar de este contexto, pide que se subsane el criterio general que se busca establecer como estigma sobre la obra pública. “La gente habla de obra pública y lo relaciona a Lázaro Báez, pero la obra pública es el hospital donde están sanando a un chico, la red de gas donde se calentaron mate a la mañana o la electricidad que llega a tu heladera”, ejemplifica Fernández
“Es verdad que el privado invierte donde le es rentable, por eso no va a llevarle electricidad a gendarmería para que defienda la frontera”, asegura. “Esto no es de izquierda o derecha, es cuestión de sentido común, porque la obra pública es la manera de llevar civilización a la gente, es la luz, el agua, el gas o las cloacas”, resalta.
Además, la sociedad tributa a la Nación para, incluso de manera puntual, contar con obras para mejorar su calidad de vida. Tal es el caso del impuesto a los combustibles. En las últimas horas, el ministro de Infraestructura provincial, Gabriel Katopodis, publicó un video desde Bahía Blanca y mostró el calamitoso estado de la ruta nacional 33.
“Cada vez que vos cargas un litro de nafta, una parte va destinada a una cuenta para arreglar las rutas nacionales”, apunta el ex intendente de San Martín en su posteo. Allí, aclara que en las arcas del Ministerio de Economía que comanda Luis Caputo haya acumulados, producto de este tributo, más de un billón de pesos inutilizados mientras varios municipios tienen que encargarse, incluso, de mandar a cortar el pasto de las banquinas de las rutas nacionales ya Vialidad Nacional les da la espalda.
El valor de las grandes obras tiene relevancia en los municipios y D’Amico lo cuenta desde el caso de Olavarría donde se están construyendo dos parques eólicos con inversiones, principalmente, del Grupo Techint. A pesar de las campañas constantes del mileísmo contra el cambio climático, el conglomerado siderúrgico anunció la construcción de más parques para alcanzar los objetivos en la disminución de la huella de carbono de cara a 2030.
“Allí se pudieron ubicar varios trabajadores de la Uocra que quedaron fueran de las canteras, lo que alivianó la crisis laboral”, indica D’Amico.
Precisamente, el sector energético es el que mantiene en pie una pata importante de la construcción, según el propio Fernández. "El 30 por ciento es la caída promedio, pero porque el petróleo, el gas y la energía en general pondera hacia arriba, pero en provincias del norte la caída en el sector supera el 70 por ciento", sostiene.
Página 12