Olavarría: La Pastoral Social alertó por el drama laboral en la localidad
- 21 de abril, 2025
FABI cerró en Olavarría y dejó 150 familias en la calle. La Pastoral Social y los gremios advierten: el ajuste de Milei golpea sin red de contención.
La mañana del 8 de abril fue un punto de quiebre para la localidad bonaerense de Estación Hinojo, en el partido de Olavarría. La fábrica FABI (Fábrica de Bolsas Industriales), perteneciente a la chilena CMPC Biopackaging, cerró sus puertas de forma repentina, dejando a más de 150 personas sin empleo. “A las 9 y media de la mañana nos dijeron que FABI no existía más”, relató con crudeza Sergio Urrutia, delegado del Sindicato Obrero de la Industria del Papel y el Cartón.
El argumento empresarial fue claro: caída de ventas, contracción del mercado interno y apertura de importaciones. Pero la lectura desde el territorio va mucho más allá. En un pueblo que apenas supera los tres mil habitantes, semejante pérdida laboral no solo golpea a los operarios de planta, sino también a todos los trabajadores tercerizados que cumplían funciones de limpieza, comedor, mantenimiento y talleres externos. “Comprendimos que somos un numerito y que no hay humanidad”, lamentó Urrutia, tras casi tres décadas en la fábrica.
La Pastoral Social: “Circunstancias dramáticas” en Olavarría
La gravedad del escenario motivó una contundente declaración de la Pastoral Social de la diócesis de Azul. En un comunicado difundido por el Obispado, calificaron la situación como “circunstancias dramáticas” y alertaron que “el crecimiento económico nunca será bienvenido si se produce en detrimento del crecimiento humano, social y laboral”.
“El impacto en el empleo indirecto también es profundo. Quedan afectadas 150 familias”, subrayaron. La carta también remite a un mensaje del papa Francisco, quien advirtió sobre los peligros de una economía centrada exclusivamente en las finanzas: “La economía se pulveriza y puede conducir a una grave traición”, citó la Pastoral.
Cerro Negro y la industria ceramista, en picada
La crisis no se limita a FABI. Días antes, casi un centenar de trabajadores fueron despedidos de la empresa Cerro Negro, dedicada a la producción ceramista. Sin previo aviso ni negociación, los telegramas llegaron de un día para otro. “Esperábamos la lluvia de inversiones y está llegando la lluvia de despidos”, disparó Gustavo Bustamante, titular del Sindicato Obrero Ceramista de Olavarría (SOECO).
Desde la conducción gremial apuntan contra el ajuste implementado por el gobierno nacional, al que acusan de desfinanciar la obra pública y promover una apertura de importaciones que asfixia a la industria local.
La respuesta oficial: ausente o evasiva
La semana pasada, trabajadores de FABI y Cerro Negro marcharon hasta las oficinas locales de ANSES en busca de respuestas. Allí se encontraron con Celeste Arouxet, referente de La Libertad Avanza en Olavarría. “En los locales de LLA no había nadie, así que vinimos acá. Queremos que nos digan dónde están las fábricas que abren, porque lo único que vemos son despidos”, fue el reclamo directo de los trabajadores.
Arouxet prometió elevar el petitorio, pero se desligó de las políticas nacionales: “No quiero politizar el tema”, sostuvo. La reacción fue inmediata. “Les recordé que son gobierno y que se pongan a trabajar con los dueños de la lapicera”, respondió Alejandro Santillán, titular de AOMA, el sindicato minero.
Despidos en Olavarría
Un modelo que se impone sin red de contención
Olavarría atraviesa una crisis que excede lo económico. El modelo libertario impulsado por Javier Milei —basado en la eliminación de la obra pública, el ajuste fiscal extremo y la apertura irrestricta de importaciones— está dejando tierra arrasada en uno de los polos industriales más emblemáticos del interior bonaerense.
La caída en la demanda de cemento supera el 30% en lo que va del año, según datos oficiales. Empresas históricas como Loma Negra, Cemento Avellaneda y las canteras de la región operan muy por debajo de su capacidad. Las cesantías se multiplican: más de 800 despidos acumulados solo en 2024.
¿Y ahora qué?
Mientras el Gobierno nacional insiste en hablar de “sinceramiento” económico, los sindicatos y las organizaciones sociales reclaman un plan estratégico que contenga a los sectores productivos y evite el colapso del entramado industrial.
“Queremos discutir soluciones, no aceptar los despidos como si fueran inevitables”, insistieron desde SOECO. Pero por ahora, las respuestas brillan por su ausencia. Y en Olavarría, como en tantas otras ciudades del interior profundo, la sensación dominante es que el ajuste llegó para quedarse, sin anestesia ni alternativas.
Grupo La Provincia