Por pedido del FMI, no se avanzó en la reducción de las retenciones
- 1 de septiembre, 2022
Sergio Massa había acordado con el kirchnerismo aplicar la baja en los derechos de exportación. Pero desde Washington le dejaron en claro que iba en contra del acuerdo firmado.
Por Carlos Burgueño
cburgueno@ambito.com.ar
Sergio Massa descartó la alternativa de reducir las retenciones a las exportaciones sojeras, la manera más directa de mejorar lo que reciben los productores, y optó por una medida relacionada con el tipo de cambio directo para el sector. Curiosamente, los motivos para no aplicar una reducción de la carga de los derechos a las exportaciones no fueron políticos, relacionados con la negativa de parte del oficialismo de aceptar bajar una bandera ideológica fuerte como es la aplicación de una dura alícuota a las ventas al exterior de los productores locales de la oleaginosa.
El propio ministro ya lo había negociado con el kirchnerismo en las reuniones previas a su asunción; cuando delineaba su estrategia para el momento en que debiera enfrentar una de las crisis más acuciantes de su gestión: la necesidad de conseguir dólares frescos y rápidos para reforzar las reservas del Banco Central.
A regañadientes, desde el Senado se aceptó la alternativa, siempre que el resultado fuera el que se proponía. Sin embargo, la baja de las retenciones no pudo aplicarse. Y el motivo vino desde Washington. Fueron los técnicos del Fondo Monetario Internacional (FMI) participantes del equipo del venezolano Luis Cubeddu, los que dejaron en claro a los funcionarios locales que la medida iba en contra del acuerdo de Facilidades Extendidas, y sería criticada desde la sede del organismo. Y que no recibiría el aval del integrante del staff que tiene a su cargo el caso local.
Mecanismo aceitado
Para el FMI, y su visión extremadamente fiscalista de la realidad, el equipo económico no puede renunciar al mecanismo más aceitado para recibir divisas; en medio de los cuestionamientos por la falta de cumplimiento de una de las tres metas pactadas por el país ante el Fondo dentro del acuerdo de Facilidades Extendidas cerrado el 25 de marzo pasado: aumentar no menos de u$s4.800 millones las reservas de BCRA durante el 2022.
Argentina puede discutir ante el FMI no cumplir con la meta por cuestiones vinculadas al alza de los precios internacionales de los combustibles que el país debió importar. Pero no hay alternativa de debate si la falta de dólares en el BCRA se debe a la reducción de retenciones a las exportaciones, un rubro que quedó claro en las negociaciones virtuales que se mantienen entre Buenos Aires y Washington, es intocable.
Estrategia
Más si se tiene en cuenta que Massa y su equipo replicarán la estrategia contable elaborada por Martín Guzmán y que luego también planteó Silvina Batakis ante el Fondo para aprobar el examen por el segundo trimestre del año: adoptar como válidos los números y porcentajes elaborados durante la era del primero ministro de Economía del oficialismo para cerrar las cuentas fiscales y monetarias del período enero-junio; las que en teoría estarían en sintonía con lo firmado con el organismo financiero para cumplir con el acuerdo de Facilidades Extendidas vigente.
Massa asumirá como válidos y tomará como gestión propia los números y porcentajes del segundo semestre del año, pero siempre sobre la hipótesis de sostener los compromisos negociados por su antecesor y avalados por Alberto Fernández, que derivaron en el acuerdo aprobado por el Board del organismo el 25 de marzo pasado.Massa, siguiendo la tesis Guzmán y Batakis, considera que las metas del tercer trimestre se cumplieron. Con cierta contabilidad y movimientos cambiarios alternativos, pero de manera efectiva.
Batakis le transmitió al ahora funcionario del Ejecutivo algo que a la ex ministra ya le había advertido Guzmán: que habrá que soportar las críticas trasladadas por el director gerente para el Hemisferio Occidental, Ilan Goldfajn.
El Gobierno confía en la promesa que desde Washington se le hizo al país: que cualquier alteración de las metas y objetivos por los incumplimientos criollos se resolverá a año completo. Dicho de otra manera, si el acuerdo se incumple, será evaluado por el organismo que maneja Kristalina Georgieva en el primer trimestre de 2023. Y no en el segundo semestre de este ejercicio, lo que implicaría problemas extras para el país. Esto fue lo negociado por Guzmán, y que luego fue avalado (no por escrito) por parte del staff del FMI.
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