Revolución exportadora: la energía y la minería van camino a superar al agro

El Gobierno nacional dice que es un "cambio de perfil estructural e histórico". Vaticinan el mayor superavit comercial energético de los últimos 35 años.

El ministro de Economía, Luis Caputo, anunció un cambio estructural en el perfil exportador de Argentina, proyectando que los sectores de energía y minería se convertirán en los principales generadores de divisas del país. Según las estimaciones oficiales, en los próximos seis años estas industrias alcanzarán un superávit comercial combinado de casi 50.000 millones de dólares, una cifra que duplica los ingresos que actualmente genera todo el complejo agroexportador.

La proyección fue compartida por Caputo a través de sus redes sociales, en las últimas horas, donde destacó que “con reglas claras y continuidad, estos sectores pueden convertirse en el nuevo motor de generación de divisas para el país”.

El optimismo del gobierno se fundamenta en estadísticas de la Secretaría de Energía, que revelan un rendimiento récord durante el primer semestre de 2025, consolidando el mayor superávit comercial energético de los últimos 35 años.

Durante la primera mitad del año, el saldo favorable en energía alcanzó los 3.761 millones de dólares, impulsado por un aumento del 10,8% en las exportaciones y una significativa caída del 23,6% en las importaciones.

Este desempeño se atribuye principalmente al notable incremento de la producción local, con el yacimiento de Vaca Muerta como epicentro del crecimiento en gas y petróleo no convencional.

Junto al auge energético, el ministro subrayó el impacto creciente del sector minero, en especial el litio. El desarrollo de este mineral en el norte argentino ha atraído importantes inversiones internacionales, acelerando la puesta en marcha de nuevos proyectos y posicionando al país como un jugador clave en la transición energética global.

Prueba clave del cobre en Mendoza

Este nuevo impulso a la minería a gran escala encontrará una prueba de fuego en Mendoza el próximo sábado 2 de agosto, cuando comience la audiencia pública por el proyecto de cobre San Jorge.

Este evento es visto como un termómetro fundamental para medir la viabilidad social y política de la megaminería en una provincia con una estricta legislación ambiental, representando un caso testigo para la estrategia nacional.

La audiencia, que se celebrará en el departamento de Las Heras, es un paso obligatorio y no vinculante, pero condensa un fuerte debate social. Por un lado, el gobierno, la empresa impulsora del proyecto, entidades académicas, técnicas e incluso expertos universitariosargumentan la necesidad de desarrollo económico “sustentable” y el impacto positivo en la creación de empleo.

Por otro, las llamadas “asambleas ciudadanas”, oportunistas políticos y algunos productores agrícolas se han opuesto, advirtiendo sobre el riesgo de contaminación de determinadas fuentes de agua y el posible incumplimiento de la Ley 7722.

El resultado de este proceso será un indicador clave para el futuro de la minería en la región de Cuyo. Una luz verde podría abrir la puerta a nuevas inversiones de gran escala, alineadas con el objetivo nacional.

Volviendo al ámbito nacional, al dimensionar la magnitud del cambio, se compara con el sector agropecuario, que en 2023 aportó cerca de 25.000 millones de dólares en un año afectado por la sequía. Las nuevas proyecciones indican que la energía y la minería en la Argentina no solo compensarán cualquier fluctuación del campo, sino que superarán ampliamente su histórica marca.

En línea con esta visión, la Cámara Argentina de Empresas Mineras (CAEM) y la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) estiman que las exportaciones mineras podrían crecer un 14% en 2025, rompiendo récords nominales.

Se proyecta una producción anual superior a 1.114 mil onzas de oro, más de 19,6 millones de onzas de plata y cerca de 130.000 toneladas de litio, consolidando el nuevo perfil productivo del país

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