A pesar de que el hombre enfrenta el juicio en libertad, los dichos de sus hijos en Cámara Gesell lo complican.
Después de 6 años, en la Sala I de la Cámara Penal, del Palacio de Tribunales se lleva a cabo el juicio en contra de un hombre de 45 años que se conoció en 2012 como el caso del "minero abusador", ya que el sujeto trabajaba en la minería y fue acusado de abusar de sus tres hijos.
El juicio permitió conocer algunos detalles de los hechos espeluznantes y según los especialistas hay pruebas concretas para que este hombre sea condenado por estos graves episodios.
El acusado afronta a tres caratulas diferentes: abuso sexual con acceso carnal, reiterado, agravados por el vínculo; esta acusación en duplicado por abusar de sus dos hijas. Mientras que la tercera es en prejuicio contra su hijo, por abuso sexual gravemente ultrajante, reiterado, agravado por el vínculo. Los tres expedientes caratulados por corrupción de menores, concursado con los delitos que se califican.
Según fuentes judiciales, las violaciones contra la hija mayor empezaron cuando tenía 12 años hasta que se quedó embarazada, a los 18 años, de su novio. Ella creyó que ahí terminaba su pesadilla, pero no fue así. Un día, ella y su bebé de 4 meses estaban en la casa donde vivía con su pareja, y llegó su padre con intenciones de ver a su nieto, pero el hombre aprovechó la soledad de la casa y la violó.
La experiencia de la hija menor fue "traumática" según las pericias psicológicas realizada a la víctima. Ella contó que también la violó, pero además, le hacía ver pornografía para persuadirla, diciéndole que eso estaba bien. Los ataques contra ellas se extendieron por dos años.
Mientas que en el caso del único varón, el segundo, los abusos no fueron con acceso carnal, pero le hacía ver pornografía y lo manoseaba. Estos hechos se extendieron desde 2004, cuando él tenía solo 7 años, hasta el 2012.
Ese 2012 fue crucial para toda la familia porque fue cuando todo salió a la luz. Un día, la madre de un compañero del menor abusado fue a la casa para hablar con la madre. Le contó que el menor le habría mostrado los genitales a su hijo. Cuando la madre habló con su hijo y le preguntó por qué lo hizo, fue cuando la hermana mayor lo defendió, no aguantó más y contó todo: que los tres eran las víctimas de las violaciones por parte de su padre, que no lo decían por miedo y que se lo hacía desde bastante tiempo.
El juicio se encuentra en la etapa final. Se dieron a conocer todos los estudios psicológicos de los tres hijos y del abusador. Las pruebas, que también son físicas, señalan que los chicos no fabularon en ningún momento.
Los años que pida la fiscalía presidida por la doctora Torres, y lo que solicite el abogado defensor del imputado, Reiloba, se darán a conocer esta semana. Luego será el juez quien dictamine,
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