De repente la minería apareció en el mapa del candidato presidencial Alberto Fernández. Salir de la soja-dependencia vuelve a asomar en el horizonte.
Por Daniel Tejada
Más allá de la convicción y la decisión federal de impulsar las economías regionales, tiene razones millonarias Alberto Fernández para apostar a la minería en el corto plazo, si le toca suceder a Mauricio Macri en la Casa Rosada como todo parece indicar.
Lo explicó ayer con bastante claridad el ministro de Minería Alberto Hensel, recién llegado de Buenos Aires del encuentro que mantuvo con el candidato presidencial. Reveló un número que, dicho al pasar, puede significar mucho o poco. Entender su magnitud, exige ponerlo en contexto. Ahí aparece con claridad el impacto minero en la economía argentina, que todavía no se vio.
Según Hensel, la minería tiene un potencial de generar 14 mil millones de dólares anuales en inversiones extranjeras reales y exportaciones metalíferas y no metalíferas. Incluyó en esa cuenta a los metales preciosos e industriales, pero también a los minerales como el litio, que resultan estratégicos para las energías limpias.
Esos 14 mil millones de dólares adquieren sentido si se los pone a la par de las exportaciones actuales de Argentina. Según datos oficiales, en 2017 la exportación de harina y pellets de soja generó aproximadamente 9.400 millones de dólares. Y fue el principal producto de la balanza comercial argentina. La minería quedaría por arriba de ese producto histórico.
En 2018 las exportaciones del complejo oleaginoso, que aglutina a la soja y el girasol, ascendieron a casi 18 mil millones de dólares. Es decir, apenas un poco más que los ingresos proyectados para la minería si finalmente se pusiera en acción.
Fernández les dijo a Hensel y todos los presentes que le interesan mucho esos dólares mineros porque los tiempos que vienen en Argentina serán muy difíciles. Habrá que afrontar los compromisos de la deuda asumida por la gestión macrista y la intención es nunca más volver a tentar a los capitales especulativos con papeles con tasas de interés descomunales.
El candidato presidencial incluyó a la minería entre las actividades que representan inversión genuina, porque generan empleo y reactivación de la economía interna. Todavía eso no se vio a escala nacional, por varias razones. Algunas de índole externa, porque los metales han tenido sus vaivenes. Pero también los argentinos hicimos nuestra parte, con idas y vueltas.
Fernández habló de una relación abierta, transparente y constructiva con el sector minero, según reprodujo Hensel aquí en Banda Ancha. Vale entender que hay una vocación de diálogo con el sector privado, aunque con ciertas reglas. San Juan ya tuvo una experiencia para valorar en ese sentido.
La provincia tuvo que pagar ambiental y socialmente por los controles laxos los incidentes en la mina Veladero, más allá de la remediación y las multas. Sin embargo, el antecedente contribuyó a redefinir algunas reglas y endurecer la presencia del Estado en la mesa de la negociación.
Algo así se pudo ver días atrás con el caso de Glencore, la concesionaria de Pachón. El gobernador Sergio Uñac citó a los gerentes de la compañía para emplazarlos a que presenten un calendario de inversiones. El proyecto de cobre parado, explorado hasta la eternidad, no le sirve más que al directorio corporativo que puede arrimar alguna ganancia en los mercados solamente por mostrar las reservas proyectadas como parte de sus activos. Es un dibujo que a la provincia no le deja absolutamente nada.
Por eso se endureció la postura oficial, para comprometer la inversión genuina. Y si no estuviera la vocación de Glencore de avanzar, entonces será el turno de que llegue otra minera. Palabras más, palabras menos, es lo que dejó entrever Hensel en Canal 13.
Decimos que la experiencia sanjuanina debe ser observada para la minería que viene, para no cometer los mismos errores. Y también para considerar los beneficios que están cuantificados en demanda de mano de obra, bienes y servicios de prestadores locales y aporte al producto bruto geográfico.
Los dólares sanjuaninos podrían convertirse en los dólares de todo el corredor andino, para sacar al país de la soja-dependencia. Es un viejo anhelo, todavía dormido en los papeles.
JAQUE MATE
Canal 13 San Juan