Luego de 6 años, el trabajador acusado de haber abusado de sus hijos en reiteradas ocasiones fue condenado y volverá al penal de forma inmediata.
Uno de los casos de abuso intrafamiliar más aberrante de los últimos años llegó a su fin con una dura condena: 25 años de prisión por abusar de sus tres hijos cuando era menores de edad. El victimario es un trabajador minero de quien no se difunde la identidad para preservar la de sus víctimas. Las víctimas son las dos hijas mujeres del hombre y su único hijo varón, quienes tuvieron que soportar años de ataques por parte del hombre.
La fiscalía había solicitado que pasara 40 años tras las rejas, pero finalmente la decisión del Tribunal de Sala I de la Cámara Penal redujo este número en 15 años. Aun así, el fiscal a cargo de la causa se mostró conforme, ya que lo más importante era "que tuviera lugar el juicio y lograr condenarlo".
La siguiente decisión fue que el hombre fuera llevado directamente a la cárcel, ya que estuvo en libertad durante la duración del juicio. Esto no fue porque hubiera pocas pruebas contra el hombre, sino porque la investigación inició en 2012 y el sujeto pasó dos años en prisión preventiva, plazo máximo que una persona puede estar tras las rejas sin condena. Debido a esto fue liberado y llegó a la última instancia en libertad.
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