San Juan: Triunfo de la oposición, hacia dónde irá la minería sanjuanina

"Necesitamos del conocimiento, la racionalidad, la ciencia y el sentido común para poner en funcionamiento la industria minera del cobre", dice Puigdomenech al estimar lo que se viene con el Cobre

Por Horacio Puigdomenech. Geólogo. Integrante del Grupo Sarmiento

El triunfo de la coalición opositora en la elección para gobernador pone a un diputado nacional Marcelo Orrego y a un intendente departamental Fabián Martín a conducir los destinos de esta provincia durante los próximos cuatro años.

San Juan, cuyo despegue económico se basó principalmente en la minería de oro se encuentra en la actualidad ante un panorama de crisis dado que de las tres minas que produjeron el boom minero, una está no operativa (Casposo) otra en etapa de aproximación al cierre (Gualcamayo) y la tercera, la más importante, Veladero, con perspectivas de cerrar en los próximos años y en franca declinación de su producción. Esto conduce a la consecuente pérdida de salarios, ingresos fiscales y derrame económico.

El nuevo gobierno, cuyo gabinete y colaboradores aún no se conocen, se verá en el desafío de establecer condiciones adecuadas en coordinación con la Nación para hacer realidad las tan anunciadas inversiones en los proyectos de cobre que son los que harán de San Juan una provincia minera en vez de una provincia con minería.

Es sabido que la magnitud de las inversiones que requerirán los proyectos de cobre Josemaría, Pachón, Los Azules, Altar, Filo del Sol y algún otro que seguramente, y como lo marca la experiencia internacional, aparecerá como resultado de los esfuerzos de exploración en los distritos conocidos.

La pregunta es entonces formulada ¿Qué debe hacer el nuevo gobierno para concretar la tal vez única salida de desarrollo económico y social?

El Gobernador Electo Marcelo Orrego ha mencionado en varias oportunidades que la minería es LA oportunidad que tiene San Juan en la medida que se concrete la construcción de al menos uno de esos proyectos ya factibilizados o en proceso de factibilidad durante los próximos años.

El panorama global es que ya no es la misma minería de hace unos años atrás. Las innovaciones tecnológicas obligan a los gobiernos a una modernización y actualización imprescindibles para optimizar los factores de competitividad. Se debe pensar en organismos modernos, tecnológicamente actualizados, información digitalizada, alta profesionalización de sus cuadros para poder enfrentar eficazmente los desafíos de llevar la provincia hacia un estadio superior en el desempeño.

El esperado inicio de la producción de cobre no se concretará si no se abordan con racionalidad las dificultades que hasta ahora lo impidieron.

El acuerdo de Paris de fines del 2015 disparó la demanda de lo que se denominó “Minerales Críticos. Entre ellos el cobre que es el más importante para San Juan.

Para lograr tal escenario se impone modificar creencias, entender sobre el funcionamiento de los mercados de minerales, y abandonar un pasado en el que nos acostumbramos, cómodos y autosuficientes, a hablar sólo de nuestra potencialidad minera. Hoy sólo vale hablar de realidad.

Realidad significa ponernos a pensar ¿qué hay que hacer como provincia para que esa riqueza dormida se incorpore al circuito económico? contribuya al desafío planetario, y nos valgamos del desarrollo económico para combatir la pobreza y progresar como sociedad.

Además, San Juan tiene otro rubro minero perspectivas de crecimiento en este contexto, se trata de la producción de cales.

Empresas productoras sanjuaninas con la más avanzada tecnología producen cales de altísima calidad que hoy exportan para la industria chilena del cobre. Para abastecer una producción proyectada de carbonato de litio (LCE) de 200.000 toneladas al 2026, (hoy 33.000 tn), se necesitarán unas 600.000 toneladas de la mejor cal para producir LCE grado batería. Más producción, más empleos, más riqueza.

Necesitamos de racionalidad y sentido común para posibilitar en el menor tiempo posible la puesta en marcha operaciones que dispararían importantes beneficios. Serían aportes significativos al erario multiplicando varias veces los saldos positivos de la balanza comercial como acaba de señalarlo el Grupo Sarmiento, impuestos nacionales, provinciales y tasas municipales, regalías mineras y cánones, a lo que debe agregarse el efecto multiplicador en la economía que llega de la mano de muy buenos salarios y reinversiones de ganancias de cientos de empresas proveedoras por cada proyecto.

Necesitamos del conocimiento, la racionalidad, la ciencia y el sentido común para poner en funcionamiento la industria minera del cobre. Que se haga en un marco de transparencia en la autoridad de aplicación, profesionalismo en los sistemas de control, y una disposición en función de los desafíos sociales más urgentes de cada provincia en el destino dado a las regalías mineras, como por ejemplo establecer una Alianza entre la Minería y el Agua como propuso el Grupo Sarmiento. Todos estos temas llevados adelante con información constatable, transparente y permanente hacia la sociedad, destinataria principal de los beneficios que fluyen de un emprendimiento minero.

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