Santa Cruz: El conocimiento como motor para el desarrollo en la Patagonia minera
- 30 de julio, 2025
Desarrollar un proyecto minero también implica desarrollar comunidad.

En el 2024 Newmont Cerro Negro destinó recursos para que más de 3.200 estudiantes y docentes se beneficiaran de programas orientados a fortalecer el sistema educativo en Perito Moreno y Los Antiguos.
La Opinión Austral
Es sabido: en cualquier lugar del mundo, pero más aun en el extremo sur del país, donde las oportunidades a veces demoran en llegar, cada aula equipada, cada joven becado o cada emprendedor capacitado puede ser el inicio de una transformación más profunda. En estos paisajes de esfuerzo, la educación, la cultura y el trabajo no son abstracciones: son herramientas concretas para arraigar, crecer y proyectar futuro.
La minería, tradicionalmente ajena a estas discusiones, ha comenzado a reescribir su vínculo con el territorio. Hoy, en Santa Cruz, algunas compañías entienden que desarrollar un proyecto minero también implica desarrollar comunidad. Y eso incluye invertir en formación, cultura, emprendimientos y redes productivas locales.
Es el caso de Newmont Cerro Negro, que durante 2024, tomó compromisos y destinó recursos para que más de 3.200 estudiantes y docentes se beneficiaran de programas orientados a fortalecer el sistema educativo en Perito Moreno y Los Antiguos. Entre las acciones más destacadas se entregaron 51 becas de apoyo y 3 becas de excelencia académica, además de notebooks al mejor promedio, como una forma concreta de premiar el esfuerzo y acompañar trayectorias escolares.
Uno de los ejes del trabajo fue el programa de alfabetización realizado junto a Fundación Leer, que llevó 1855 libros a escuelas primarias y secundarias en la zona de influencia directa. La infraestructura también fue protagonista: 58 aulas fueron equipadas con proyectores, pantallas y pizarras, mientras que la escuela técnica recibió un panel didáctico de automatización, pensado para que los estudiantes puedan trabajar con tecnología similar a la utilizada en los procesos productivos actuales.
“Donde hay conocimiento, hay futuro. Por eso apoyamos la educación técnica, la alfabetización y el mérito académico. La minería no puede estar aislada: tiene que aportar al desarrollo del talento local y al desarrollo de oportunidades”, reflexiona Sandro Sánchez, gerente de Relaciones Comunitarias de Newmont Cerro Negro.
Pero el desarrollo no se queda solo en las aulas. A través de programas específicos, se capacitaron 83 jóvenes con herramientas para el empleo y se formaron 81 emprendedores en estrategias de negocio, marketing y administración. Además, se fortalecieron 7 organizaciones sociales mediante el programa Lazos de Oro, que apuesta por el crecimiento institucional de entidades comunitarias clave.
Uno de los ejes del trabajo fue el programa de alfabetización realizado junto a Fundación Leer.
La cultura también dijo presente con acciones de voluntariado ambiental, donde vecinos y trabajadores plantaron más de 200 árboles forestales en espacios públicos.
Pequeños gestos que apuntan a construir comunidad con raíces. “No hay minería sostenible sin un vínculo fuerte con la comunidad. Apostamos a dejar capacidades instaladas, a potenciar proyectos locales y a co-crear soluciones con quienes viven y trabajan en este territorio”, sostiene María Eugenia Sampalione, Directora País de Newmont Cerro Negro.
Tejer redes productivas
Otro de los ejes centrales de esta nueva forma de operar es la relación con proveedores locales. Durante el año, se generaron más de 150 empleos locales y se realizaron compras por un total de 3,8 millones de dólares a empresas de la región.
La lógica es clara: cuando la minería se integra con la cadena productiva local, el desarrollo se multiplica.
Además, por primera vez se realizó un proceso participativo para actualizar el Plan de Cierre Social, incorporando la mirada de los vecinos en la construcción de un legado positivo post-operación.
La cultura también dijo presente con voluntariado ambiental, se plantaron más de 200 árboles forestales.
Lo que antes eran acciones dispersas, hoy forman parte de una estrategia articulada: educar, capacitar, incluir, comprar local. En suma, impulsar un modelo de minería que cultiva valor en el territorio.
Porque allí donde florece el conocimiento, la cultura y el trabajo digno, florece también una comunidad que decide quedarse, crecer y construir su futuro
La Opinión Austral