¿Baterías o biodiversidad?: El debate abierto por el desarrollo de la minería en aguas profundas y cómo se proyecta para Chile
- 5 de julio, 2023
Los océanos en la mira tras la creciente demanda de minerales estratégicos
La creciente demanda de minerales estratégicos, y el agotamiento de muchos depósitos terrestres, ha provocado que una cantidad importante de empresas y países hayan puesto su atención en la extracción desde los océanos.
Por Ignacia Munita C.,
Ya sea cobre o níquel para la fabricación de baterías, cobalto para la confección de automóviles eléctricos o manganeso para la producción de acero, tanto las tierras como los metales raros son necesarios en numerosos ámbitos, especialmente a propósito de la transición energética. La ecuación es simple: la demanda aumenta, pero al mismo tiempo, los recursos son cada vez más escasos en el globo.
Según diversas estimaciones, en solo tres años se necesitará el doble de litio y un 70% más de cobalto que en la actualidad. Es por ello que, para llenar un eventual vacío, algunos países y empresas han apostado por explotar minerales estratégicos desde las profundidades del mar.
La minería submarina consiste en el proceso de extracción de sustancias químicas naturales de los fondos submarinos por debajo de los 200 metros y hasta varios kilómetros de profundidad. La creciente demanda de materias primas y el agotamiento de muchos de los depósitos terrestres ha provocado que, en los últimos años, una cantidad importante de firmas y naciones hayan puesto su atención en los océanos.
Lo anterior ha derivado en que la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA, por sus siglas en inglés) lleve más de una década intentando fijar una normativa y plazos para regular una actividad que pareciera estar cada vez más cerca de hacerse realidad.
La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos es un organismo formado por 167 estados y la Unión Europea que cuenta con una doble misión: controlar el desarrollo de cualquier operación relacionada con recursos minerales en los fondos marinos internacionales y proteger los ecosistemas de dichos fondos en áreas más allá de la jurisdicción nacional.
De acuerdo con los datos de la entidad, a la fecha se han concedido 31 contratos de exploración de los recursos mineros marinos. Básicamente, con ellos lo que se busca son nódulos polimetálicos, que abundan en las llanuras abisales del Pacífico, además de sulfuros polimetálicos, y zonas de corteza rica en cobalto. En total, las zonas de exploración ocupan más de 1,5 millones de kilómetros cuadrados, es decir, tres veces España.
Sobre esto, Gustavo Lagos, académico del Departamento de Ingeniería en Minas de la Universidad Católica, comentó a Emol que "hay algunos elementos que son abundantes en los océanos, y al extrapolar a costos comparables a los que se extraen directo de la corteza terrestre, estos elementos tendrán prioridad en su explotación". Asimismo, expuso que "hay muchos países que no tienen reservas de metales y elementos salvo los que pueden acceder en el mar. Veremos a muchos de estos países intentando explotar los océanos".
Por su parte, el director ejecutivo de la Asociación de Proveedores Industriales de la Minería (Aprimin), Sergio Hernández, quien además en su momento representó a Chile ante la ISA, explicó que "la minería en aguas subterráneas tiene bastante relevancia para los países consumidores de minerales críticos, porque sabemos bien que la demanda por la electromovilidad para la transición energética va a ser superior a la oferta de niveles terrestres".
"Eso es una muy buena noticia para países como Chile, productores de cobre y litio, cobalto, que son minerales críticos, por eso los países consumidores de minerales están tan interesados en aumentar la oferta, y la están buscando hace muchos años en los fondos marinos", añadió.
El doctor Pablo Rojas, biólogo marino e investigador de la Universidad Autónoma, plantea que "las aguas profundas albergan depósitos de minerales y metales preciosos, como cobalto, níquel, cobre y manganeso, que son esenciales en la fabricación de tecnología moderna, baterías de vehículos eléctricos y equipos electrónicos".
"Es importante destacar que la minería en aguas profundas también plantea desafíos significativos en términos de viabilidad técnica, impactos ambientales y sociales. La extracción de minerales en estas zonas conlleva riesgos para los ecosistemas marinos y la biodiversidad, lo que ha generado preocupación y debate en torno a su desarrollo responsable", acotó.
El caso de Clarion-Clipperton
Pese a que hasta ahora todo se circunscribe a exploración minera en aguas profundas, a nivel científico existen posturas encontradas, y la mayoría de los expertos coincide en que el fondo marino es un espacio demasiado desconocido como para autorizar su explotación en un futuro cercano. Basta con mencionar lo que ocurre en la zona Clarion-Clipperton.
A 4.000 metros bajo la superficie marina en el Océano Pacífico, cubriendo unos 4,4 millones de kilómetros cuadrados desde Hawái hasta México -similar a dos veces el tamaño de la India- se encuentra dicho sector oscuro, con temperaturas inferiores a los 2 grados centígrados y con una presión 400 veces mayor a la de la superficie.
En este mundo submarino, que fue descubierto en 1950, viven alrededor de 5.580 especies diferentes, de las cuales un 90% son completamente nuevas para la ciencia, según un reciente estudio publicado por la revista Current Biology.
He ahí que organizaciones internacionales advierten de un "ecocidio" en una zona que algunos gobiernos han designado para la exploración de minerales, pero que pone en riesgo a muchas de las nuevas especies descubiertas y expuestas a la inminente extinción en caso de iniciar algún tipo de extracción.
Lagos menciona que "la zona de Clarion-Clipperton contiene nódulos de manganeso, los que a su vez contienen muchos elementos como cobre, níquel y cobalto. También contiene litio, mucho más litio que lo que se ha identificado en la corteza, pero su concentración es muy baja y por ello se espera que los costos de extracción sean elevados. El costo de extracción es lo único que separa la extracción de litio desde la corteza de la extracción desde el mar". En ese sentido, dijo que "explotar el fondo marino sin un argumento muy poderoso es inaceptable"
A su vez, Rojas recalca que "la polémica surgida entre priorizar las baterías o la biodiversidad en la zona Clarion-Clipperton del Océano Pacífico refleja el dilema actual entre el impulso por obtener recursos minerales necesarios para la transición hacia la energía limpia y la conservación de los ecosistemas marinos y la biodiversidad. El descubrimiento de nuevas especies en esta región submarina ha generado un debate sobre cómo equilibrar la protección de la biodiversidad con las demandas de la industria minera".
¿Y en Chile?
Al ser consultado por el tema, Hernández indicó que "Chile no tiene las capacidades para explotar minerales a nivel de aguas internacionales profundas, no ha desarrollado esas capacidades. Más bien a nosotros nos interesa defender nuestra minería terrestre, ahí está nuestro gran valor agregado y competitividad en los mercados mundiales".
Francisco Rivas, geólogo y director de la Escuela de Ingeniería Civil de Minas de la Universidad de Talca, dice que "aún falta mucho por avanzar en el conocimiento de estos recursos, así como también en implementar un marco legal y ambiental para desarrollar proyectos de esta índole, sin afectar el ecosistema ambiental y en concordancia con normas internacionales en esta materia. En cuanto a lo que se ha encontrado en nuestro país, estos son recursos de manganeso, fosfatos, cobre y níquel, además de otros recursos energéticos como hidratos de gas".
Lagos zanjó que la minería submarina "puede llegar a ser muy relevante para el cobre, el litio y otros elementos, y debemos saber con mucha anticipación qué se nos viene encima. Por ahora yo creo que Chile debe proponer una moratoria global para la explotación submarina".
Fuente: Emol.com - https://www.emol.com/noticias/Economia/2023/07/05/1100016/debate-desafios-mineria-submarina.html