La tragedia ambiental tras la ruptura del dique en Mina Gerais puso en foco la flexibilización de las leyes y la falta de intervención estatal
El desastre ambiental provocado por el colapso de un dique de la minera Vale en el poblado de Brumandinho, al sur de Brasil, que dejó al menos 81 muertos y otros 292 desaparecidos, traerá un impacto directo para las condiciones de vida de los habitantes de la región afectada, pero también la tragedia dejó al descubierto la flexibilidad de las políticas cuando se trata de proyectos de megaminería y en qué medida el negocio se está replicando en diferentes regiones de la Argentina. Aunque la diferencia radica en que en nuestro país se desarrolla otro tipo de infraestructura, sobre todo en la zona de cordillera: se utilizan piletas de desechos químicos o residuos. Entre los exponentes de esta práctica se encuentran la minera de capitales canadienses Barrick Gold,y Minera Alumbrera.
"Lo que se sabe es que las piletas de la Minera Alumbrera están agrietadas y tienen juicios por esta razón. El CEO de esa empresa fue procesado y hubo dos derrames de cianuro en Jáchal, en la provincia de San Juan, causado por Barrick Gold. Se hicieron estudios y se llegó a la conclusión de que el agua estaba contaminada. Ese mismo año estuve en Jáchal y la gente misma te contaba que el agua estaba contaminada. Había venido la Universidad Nacional de Cuyo, hizo los exámenes y había encontrado niveles altísimos de los minerales, de los químicos que se utilizan o que se descartan en esas piletas de desechos".
La opinión pertenece al ambientalista entrerriano e integrante de la asamblea Basta es Basta, Facundo Scatone, quien expresó su preocupación porque "las piletas de lixiviados (desechos) están continuamente teniendo rupturas".
En relación a este tipo de proceso dijo que es común en la explotación de montaña para separar los minerales del resto de los componentes que se extraen. "Todo lo que no se utiliza son los residuos, que se conocen como los lodos que van a parar a las piletas o a los diques de contención, como en el caso de Brasil", y en esa medida condenó la falta de "tratamientos de esos diques, de llevar a cabo un saneamiento y llega un momento, que falta de mantenimiento o por la flexiblización ambiental como viene pasando en toda Latinoamérica, se rompen, se fisuran".
El ambientalista recordó que lo sucedido en Brumandinho tuvo un antecedente en 2015 en la localidad de Mariana, por eso consideró que el rompimiento de la presa "no fue un accidente".
"Las empresas tienen dentro de sus costos pagar esas multas; Vale no quebró en 2015 por la destrucción del dique en Mariana y ahora tampoco piensa cerrar por la ruptura de este dique. Son políticas de las empresas en un contexto de Estados que flexibilizan las leyes ambientales", subrayó. Explicó que la misma mecánica comercial se reproduce en la Argentina con el "extractivismo", donde "estas industrias como lo son la megaminería, el fracking, el agronegocio y la deforestación, tienen este tipo de flexibilidades. Tienen un Estado que les garantiza que si llega a producirse una catástrofe de estas dimensiones, no van a quebrar. Es como cuando salva bancos, acá salva a las empresas. Las compañías pagan una multa que es ínfima y que no va a recuperar el daño que se le hace a las comunidades. El Estado luego sigue sosteniendo esas comunidades de manera muy precaria. La salud no se repara con dinero en esas comunidades".
Para el especialista, una de las consecuencias negativas que va a provocar la tragedia es la desaparición de los pueblos originarios: "Una tribu tuvo que correrse de su lugar porque se le había contaminado todo el río como consecuencia del derrame. Esa comunidad estaba protestando para que le devuelvan las tierras. En un contexto donde se está expulsando a los pueblos originarios de Brasil y de Argentina, esto viene a agravar la situación. Esto no se contempla de ninguna manera como daño de lo que sucedió. Los únicos daños que se contemplan generalmente es la infraestructura, más precisamente una infraestructura productiva".
En este punto trazó una comparación con las inundaciones ocurridas en nuestra provincia y en su razonamiento opinó que "a los primeros que se asiste con regímenes impositivos flexibles, subsidios, es a quienes han perdido la siembra. Es decir los productores, en cambio para la sociedad que se inundó apeló a la solidaridad y siempre está ese discurso. En Brasil sucedió con los bomberos, a quienes se los muestra como héroes. Pero el Estado tiene que prever que eso no pase".
Entre Ríos y la extracción de arena que va al fracking
El desarrollo minero en Entre Ríos se limita a la extracción de arena en escala tradicional, y que se destina para fracking en el sur del país. "Desde Entre Ríos se exporta el 50% de la arena del fracking; como son actividades tan intensivas, que necesita tanta cantidad de arena, lo que produce es que la actividad se haga cada vez más fuerte. Y ahí sí tiene un impacto ambiental mucho más fuerte. Hay una aceleración de los procesos que lleva a que la extracción de arena sea cada vez más intensiva", graficó,
Mencionó que es similar el impacto cuando se produce el dragado de los ríos y "habría que estudiar si el dragado de los ríos no es una excusa para llevarse determinados minerales, o arenas, que le sirven al fracking o algunas actividades intensivas".
"Había proyectos de este tipo en Gualeguay y en Victoria, pero que se lograron frenar. En Ibicuy sea el lugar donde más se extrae arena. Pero hay canteras sobre el río Paraná y cerca del Delta; ahí se encuentran las explotaciones más grande de arena", enumeró el experto en temas ambientales
Diario Uno Entre Rios