San Juan: En la UNSJ crearon una solución para mejorar la exploración de cobre
- 25 de agosto, 2025
Conociendo la genética de las montañas, pueden saber dónde es mejor invertir en perforaciones.

Por Carolina Putelli
APOYO. Las integrantes del equipo hicieron estudios en campo, para lo que recibieron ayuda de empresas mineras que las llevaron a sus campamentos y aportaron muestras.
La exploración minera es uno de los pasos de mayor riesgo para las empresas. Es el momento en el que deben invertir, sin tener certeza de que ese dinero volverá, porque todavía no saben si hay del tipo de mineral que buscan o si este está en las concentraciones necesarias. El método más común en la industria es hacer perforaciones y a partir de ahí ver en el interior de las montañas, si ese lugar es realmente rentable, pero con un costo alto. Un equipo de geólogas de la UNSJ ganó un premio con una propuesta novedosa: investigar la génesis de los lugares de interés para saber si vale la pena o no invertir los miles de dólares en cierto lugar. Con esta idea, que ya aplicaron en un proyecto de cobre local, ganaron un premio de 15 millones de pesos, que usarán para equipar el laboratorio donde trabajan.
Parece extraño hablar de la genética de las montañas, un concepto asociado a la biología. Pero esta es la especialidad de Lorena Previley, Verónica Bastías y Clara Oviedo, tres geólogas de la Facultad de Exactas de la UNSJ, quienes crearon el proyecto GEOCOBRE. Ellas ven en las rocas, en lugar de algo rígido, un proceso donde a veces nacen yacimientos ricos en metales y otras veces no. A partir de muestras del terreno pueden saber si hay más posibilidades de que una zona de la Cordillera de los Andes, hace 8 millones de años, fue fecunda para que se concentre el cobre.
Este tipo de conocimiento es el que han aplicado a la industria minera durante la exploración. Tienen una tesis ya publicada con el proyecto Morro del Cobre, donde estudiaron primero el lugar donde hoy está trabajando una exploradora y encontraron que todos los resultados apuntaban a que era un área rica en el metal conductor. Usaron las mismas técnicas en una zona de interés cercana que tenía la empresa y no encontraron resultados tan auspiciosos, por lo que sugirieron no perforar.
Un estudio previo que puede dar esta información es clave. Lorena Previley explicó que funcionan como “soluciones a la exploración, a modo de colaboración con las empresas mineras, que son complementarias a las tareas habituales, que son costosas y de alto riesgo financiero”. Esto lo hacen desde la ciencia aplicada, ya que trabajan mirando las muestras con microscopios especiales y estudiando la genética del territorio. En la industria minera, en cambio, el método más común es explorando con diamantinas y haciendo el análisis cuantitativo. Si bien este último es el más seguro, tener antes información puede permitir bajar algunos costos y también llamar la atención sobre nuevas áreas. Algo particular que tiene el tipo de estudio que hacen las geólogas, es que se basa en un conocimiento de cómo fueron los procesos de la cordillera sanjuanina, algo que los geólogos locales saben al detalle.
Qué miran en GEOCOBRE
Previley explicó que lo que estudian, que es complementario a las perforaciones, son estudios de composición de roca y también sobre “el magma que formó esa zona es potencialmente fértil”. Esto se debe a que los grandes depósitos de cobre que tiene San Juan, como El Pachón o Vicuña, que están en el top 10 mundial, nacen del magma. La interacción entre la placa del Pacífico y la Sudamericana hace que la primera penetre en la cuña del manto y genera el magma. Pero esto no sucedió en todos lados y tampoco de la misma manera, y eso es lo que las tres geólogas pueden determinar.
“Hacemos estudios de química minera, de minerales puntuales, que nos permite saber si el magma tenía agua y si estaba oxidado”, explicó la científica. Estos datos a ellas les dicen mucho. Que hubiera agua en esa zona donde las placas se fundieron entre sí hace que, por ejemplo, se a más factible que se acumule el cobre. Además, el tiempo que pasó en el interior de la corteza antes de ascender en lo que antes era una zona volcánica, permite que más metal se concentre. Si en cambio pasaba mucho tiempo, se formaban otros compuestos que no ayudan a un yacimiento útil. Todo esto, el equipo logra determinarlo con muestras, algunas superficiales, que se llaman de afloramiento, otras de perforaciones.
Las investigaciones que hace GEOCOBRE son las que muchas veces eligen los estudiantes de geología para recibirse o también son tesis de posgrado en quienes continúan. Pero las tres geólogas decidieron dar un paso más y proponer esto al sector minero. Una dificultad que tenían es que el equipamiento es caro y también las campañas a alta montaña tienen un costo alto. Por eso, cuando surgió la oportunidad de participar en el programa Apoyarnos en la Ciencia, decidieron hacerlo.
El programa hizo una primera selección de 40 participantes, todos con doctores en ciencias de San Juan. Luego quedaron 16 seleccionados y la última semana eligieron a los 10ganadores, en los que estuvieron las integrantes del equipo. “Nos acompañó también Jorge Bastías, un geólogo con 35 años de experiencia en gestión de proyectos mineros, quien fue nuestro asesor comercial”, contó la directora del proyecto. Esto era un requisito del programa, ya que el objetivo es que los científicos, dedicados a las ciencias básicas, tuvieran también capacitación en cómo llevar sus ideas académicas a posibles negocios.
Cuando resultaron elegidos, entre los otros 9 proyectos que incluyen también estudios de alto nivel científico, los integrantes del equipo, ahora también integrado por Bastías, recibieron también un aporte de 15 millones de pesos. Esto, adelantó Previley, lo usarán para comprar un microscopio que quedará para el sector de la Facultad de Exactas donde hoy trabajan. Esto les permitirá seguir trabajando para conocer esa historia de millones de años, mirando muestras de rocas
Diario de Cuyo