¿Por qué la pureza del oro se mide en quilates?
- 15 de octubre, 2020
Cuando mencionamos la palabra ?quilates?, es probable que un alto porcentaje de quienes la oyen la asocien inmediatamente con diamantes u otras piedras preciosas. Sin embargo, el quilate fue, en un principio, una unidad de medida del oro y aún se utiliza para referirse a la pureza de este metal. En este post vamos explicar de dónde viene el término y cuántos quilates tiene el oro según su pureza. Desde tiempos inmemoriales, el valor del oro ha estado relacionado con su pureza. Parece lógico que dos piezas de oro del mismo peso no tengan el mismo valor, si en una de ellas el oro está mezclado con otro metal y e
Cuando mencionamos la palabra ?quilates?, es probable que un alto porcentaje de quienes la oyen la asocien inmediatamente con diamantes u otras piedras preciosas. Sin embargo, el quilate fue, en un principio, una unidad de medida del oro y aún se utiliza para referirse a la pureza de este metal. En este post vamos explicar de dónde viene el término y cuántos quilates tiene el oro según su pureza.
Desde tiempos inmemoriales, el valor del oro ha estado relacionado con su pureza. Parece lógico que dos piezas de oro del mismo peso no tengan el mismo valor, si en una de ellas el oro está mezclado con otro metal y en la otra es puro.
Por ello, se hizo necesario desde el principio de su uso como medio de pago establecer una forma de evaluar la pureza de las piezas de oro que se utilizaban como monedas. Estamos hablando de transacciones realizadas muchos siglos atrás.
Según explican desde la Perth Mint australiana, una de las principales casas de la moneda mundiales(que acuña bullion como el Canguro o el Koala), las propiedades físicas del oro, como su durabilidad, su densidad y su brillo, lo habían convertido en la elección natural como depósito de valor antes incluso de que comenzara a utilizarse como medio de pago.
El oro como medio de pago desde hace siglos
En efecto, unos 2.000 años antes de que se acuñaran las primeras monedas, una gran innovación que apareció en torno al año 700 a. C. (ver imagen), el oro ya se utilizaba como medio de pago. El problema era que, en cada transacción, había que acreditar la pureza del metal y pesarlo en una balanza, para determinar su peso exacto.
La necesidad de verificar la pureza del oro obligó a crear un sistema específico para este propósito, sistema que se ha mantenido a lo largo de los siglos y que luego se extendió también a las piedras preciosas.
El quilate, unidad de medida
El sistema que se estableció entonces para medir la pureza del oro y que ha llegado hasta nuestros días, se basa en una unidad de medida: el quilate.
El origen etimológico de ?quilate? está en la palabra griega ?keration?, que pasó al árabe como ?q?r??? y, de ahí, al español. Designa a la algarroba (cuyo nombre científico es Ceratonia siliqua). Su relación con el oro viene dada porque las semillas de este fruto se utilizaron como estándar para pesar el oro.
La algarroba se utilizaba para medir el oro
Esto se debe a que se trata de semillas muy regulares (todas son exactamente iguales), que pesan un quinto de gramo, por lo que se consideraron muy apropiadas para servir de referencia en cuanto al peso del oro y de las piedras preciosas.
De ahí que se estableciera el quilate como medida de peso para el oro. Cada quilate equivalía a 0,199 gramos.
Con el paso de los siglos, se fueron perfeccionando las unidades de medida y el oro comenzó a pesarse en una nueva medida que se convirtió en el estándar durante muchos años: el grano (?grain? en inglés).
Cada grano pesaba 0,064 gramos. Para cantidades mayores se hizo necesario adquirir nuevas unidades de medida. Así, se estableció la llamada onza troy, que tomaba su nombre de la ciudad francesa de Troyes, en cuyo importante mercado medieval comenzó a utilizarse.
Del quilate a la onza troy
Esta nueva medida equivalía a 480 granos o, lo que es lo mismo, 31,10 gramos. No hay que confundir la onza troy, destinada a medir metales preciosos, con la onza convencional o ?avoirdupois?, que equivale a 28,35 gramos, y que se utiliza en los países anglosajones como unidad de peso para cualquier material.
La coexistencia del grano y la onza troy obligó a adoptar la costumbre de expresar el peso en granos y el precio, en onzas troy.
Quilates de pureza
En la actualidad, el quilate ha quedado como unidad de medida de la pureza del oro. En una aleación que contiene oro junto con otros metales, un quilate equivale a 1/24 de oro puro. Es decir, que el oro puro, sin mezclar con ningún otro metal, tendría 24 quilates (24/24).
Grafico de quilates
El oro puro, de 24 quilates (99,99% de oro), se utiliza para acuñar monedas de inversión y fabricar lingotes. Es blando, muy maleable y resistente al óxido y la corrosión, por lo que resulta ideal para el oro de inversión, que permanece guardado durante años en cámaras acorazadas.
No es habitual, en cambio, que se utilice en joyería, ya que al ser oro puro, resulta más caro y además, el oro es un metal blando que tiene que alearse con otros para aumentar su resistencia al desgaste.
El oro de 22 quilates (91,67% de oro) es más resistente, al mezclarse con otros metales como plata o cobre. Puede utilizarse en joyería y también para acuñar monedas de inversión.
De hecho, el primer bullion de la historia, el Krugerrand sudafricano, está acuñado en oro de 22 quilates, mezclado con cobre, lo que le confiere su característico brillo rojizo.
Los soberanos de oro británicos también se acuñan en oro de 22 quilates, así como las joyas de oro sin adornos, como alianzas de boda, cadenas o pulseras.
Sin embargo, en joyería, lo más habitual es utilizar oro de 18 quilates (75% de oro), lo que reduce el precio de las piezas y aumenta su resistencia al desgaste, permitiendo realizar filigranas e intrincados diseños que, si la pieza fuera de oro puro, no resistirían el uso diario.
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