Desde que sucedieron las PASO, y el amplio triunfo de Alberto Fernández, dio la sensación general de que la suerte estaba casi echada para una derrota del macrismo. Desde allí se observó que diferentes sectores técnicos y políticos arrojaron sus apetecibles intenciones de acceder al poder de un posible gobierno. La minería como sector, no estuvo al margen.
La primera rosca llegó desde el sur y la gobernadora Alicia Kirchner accedió a la idea de armar una reunión con u subsector de la industria. De esta manera mostrar su clara intención de ocupar un espacio dentro del futuro gobierno así fue que Alicia, junto con la casi ex gobernadora de Catamarca, Lucía Corpacci, llamaron a los ejecutivos mineros para realizar una reunión, la cual se efectuó en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Si bien la reunión dejó conforme a los representantes de la minería por el mano a mano con un factible presidente, días previos a este encuentro, Sergio Uñac había mantenido una cita privada de dos horas en donde, dentro de los temas abordados, se abarcó el de la industria minera. Si bien sólo trascendieron títulos de lo hablado, una alta fuente de la provincia cuyana, comentó que "se está definiendo la estructura de la Secretaría o Ministerio de Minería de la Nación y Uñac plantea firmemente que sea un sanjuanino el que dirija el área". En la misma línea se deslizó el siguiente análisis "por eso no es casual que ahora el 1 de octubre se realice este cónclave que permitirá acercar información fehaciente de las necesidades que poseen los proyectos cordilleranos que podrían revertir la pasividad minera de los últimos cuatro años" lapso por el cual no se concretó ningún proyecto minero.
Pero, no todo es de color sanjuanino para comandar la minería en un gobierno peronista
No está mal que los espacios de poder se pretendan y se disputen. Sucede que las experiencias de los últimos tempos no han sido de mayor trascendencia para la industria.
Más teniendo muy presente la experiencia sanjuanina de Jorge Mayoral, la cual es un karma para Uñac.
En el año 2002 fueron los sanjuaninos, de la mano de Jaime Berge, quienes impulsaron a Jorge Mayoral y al poco tiempo, el verdadero padre de la criaturita, no se hizo cargo y aún hoy lo niega. Aquel "flacucho manejable" se dio vuelta, encontró otros aliados y le dio la espalda a sus progenitores. Por eso su recuerdo es que, en el mejor lapso de la minería, entre los años 2002 ? 2007, se tuvo al peor de los funcionarios. Un verdadero inútil funcional que terminó su gestión multiprocesado por sus sospechadas acciones.
Después llegó Daniel Meilán, por tercera vez en el cargo, salvo que ahora sin el peronismo; y todos anhelaban un cambio sustancial, resultó "un fiasco" y el reemplazo de este, la especialista en residuos Carolina Sánchez, sigue exhibiendo sin vergüenza su mensaje de híbrido e intrascendente a la estructura política del Estado. Cero en gestión.
Ahora, el poder político y empresarial, se encuentran con la guardia alta. No quieren sorpresas, desean previsibilidad, diálogo, compromiso y consenso para permitir la llegada de los nuevos capitales.
Por eso cuando apareció en escena el nombre de Leonardo Álvarez, que pretendería posicionarse el ministro de la Producción de Santa Cruz, las cosas comenzaron a ser interpretadas, que no sólo el poder sectorial estaba en juego, sino que este funcionario es un reconocido "operador" de los grandes negocios que ofrece la minería.
En voz baja los empresarios van narrando y haciendo saber sus experiencias con este "personaje" que hoy opera en la minería desde su ministerio. Los detractores no le perdonan una y dicen que sería un "peligro" que se posicione en la carrera o que instale un "delfín" como efectuó en el 2015 en su provincia tanto en la Secretaría minera santacruceña como en el FOMICRUZ, empresa provincial de minería.
También están los "proAlvarez", pero son escasos amigos y habitués de estar dependientes de la trifásica del Estado.
"El miedo no es sonso" dice el saber popular. Parece tiempo de empezar a prever el futuro. Todo indicaría la necesidad de concretar alianzas y evitar que la improvisación, o los "vivos" de siempre, mediante certeros zarpazos puedan seguir postergando el desarrollo.
Prensa Geominera
